[No se presentaron cargos; las pruebas no eran sólidas. Hubo un juicio por la custodia de los hijos. (…)
Como ha explicado Robert Weide, autor de un documental sobre el director, muchas veces se mezclan dos elementos: por un lado, la relación de Allen con Soon-Yi, que en ese momento tenía 20 años y sigue siendo la esposa del cineasta; por otro, la acusación de supuestos abusos a Dylan, que tenía siete. (…)
Hay otras confusiones, que contribuyen a diseminar propagandistas con agendas y periodistas perezosos. (…)
El relato -de Mía Farrow- parte de la premisa de que Allen, que no tiene denuncias anteriores o posteriores de este tipo, habría ido a casa de la mujer de la que se estaba separando, un hogar lleno de niños y cuidadores, y cargado de una comprensible hostilidad contra él, y habría aprovechado ese momento para iniciarse en el abuso de menores. (…)
Después de la denuncia, Farrow insistía en acudir a las pruebas de vestuario para Misterioso asesinato en Manhattan (Allen pidió a su abogado que rescindiera el contrato). Los abogados de la actriz ofrecieron retirar la acusación a cambio de siete millones de dólares.
El departamento de servicios sociales de Nueva York declaró, tras una investigación de 14 meses, que no había pruebas creíbles de que Dylan hubiera sufrido abusos o maltrato, y que consideraba las acusaciones infundadas. (…)]
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