Otros, no valen su peso en palabras,
o su palabra no tiene un propio peso;
o no valen un peso propiamente, como las mías.
Otros no hacen nada, mas que mirar las flores y el cielo;
no trabajan, no producen, no son útiles;
como yo no lo soy.
Y nada, para esos otros, es más importante que la nada misma...
Esos otros, que soy de la piel hacía afuera
de mi anarquista intimidad,
y que aspiran ser; como el viento, como la Libertad misma.
Tengo el conflictivo placer de presentarme
como a un nadie, entre los demás.