Revista Literatura

Xvii edición: extraños en un tren

Publicado el 01 enero 2020 por David Rubio Sánchez
XVII EDICIÓN: EXTRAÑOS EN UN TREN
   ¡Bienvenidos a la primera edición de esta temporada, o decimoséptima de su historia, del concurso de relatos de El Tintero de Oro!   Una temporada con varias novedades como ya os comenté AQUÍ. Este año el protagonismo de la novela homenajeada será mayor. Por un lado, con los relatos participantes del concurso, que este año estarán inspirados en ella; por otro, con colaboraciones de lujo que nos hablarán de la novela, de la película y de la vida de la autora.   Y en esta ocasión, el espacio no será problema, puesto que lo que no quepa en las entradas lo hará en nuestra revista El Tintero de Oro Magazine.    Así que, ¡comenzamos!

XVII: EXTRAÑOS EN UN TREN


   La señora Plangman tampoco podía dormir esa noche. Observaba la sombra de las ramas de roble que proyectaba la farola en el techo de su dormitorio mientras acariciaba su barriga, y pensaba. Ese cerdo no merecía una sola lágrima más, le decía su madre; debía olvidarlo y pasar página, le decían sus amigas. Pero ¿cómo podría hacerlo? ¿Cómo, mientras su semilla crecía dentro de ella día a día? 
   Solo había un modo de borrar de su vida a aquel cerdo que la abandonó embarazada. Se levantó y fue al cuarto de la limpieza. Abrió el armario y sacó una botella de aguarrás. Era blanca. A continuación, se sentó en una vieja butaca que el cerdo debía barnizar y que jamás llegó a hacerlo.
   El olor a aguarrás la mareo un poco, pero le pareció un precio justo si con ello lograba desinfectarse de él por completo.
   Y bebió. (1)
    No sufran, estimados lectores. Pese al intento de aborto, el bebé de la señora Plangman nació finalmente un 19 de enero de 1921. Fue niña y le pusieron por nombre Mary Patricia. La señora Plangman también rehízo su vida y tres años después contrajo matrimonio con un diseñador gráfico llamado Stanley Highsmith.
   Como habrán comprobado, Patricia Highsmith conoció demasiado pronto el lado oscuro de la mente humana. Un lugar que provoca horror, pero también atracción, e incluso, fascinación. En el caso de Patricia llegó a tal extremo que con apenas diez años —repito, diez años— leyera La mente humana, de Karl Menninger, una obra divulgativa en la que el eminente psiquiatra explicaba casos de diversas, y graves, patologías psiquiátricas.
    Sí, era una persona peculiar. Es difícil saber si ese carácter huraño, rayano en la misantropía, fue una especie de respuesta defensiva a una infancia basada en una relación complicada con su madre —de quien se sentiría abandonada cuando a los doce años la mandó a casa de su abuela durante todos el 1933—, con su padrastro —de quien, a pesar de todo, tomaría el apellido—, o con su padre, a quien conoció con doce años y que jamás volvió a ver.
   Lo cierto es que, para ella, la realidad le producía dos sensaciones. Por un lado, ira. Un odio que le hizo fantasear con el asesinato, según declaró alguna vez: «Desde muy pequeña aprendí a vivir con un intenso odio que me hacía tener sentimientos asesinos». Incluso, en su ensayo Suspense afirma comprender el asesinato como una extensión de la ira.
  Por el otro, la realidad le producía un profundo aburrimiento existencial. Y muy especialmente el trato con las personas. Patricia odiaba las relaciones sociales. Afortunadamente para nosotros, encontró la manera de encauzar esos sentimientos asesinos y de paliar ese aburrimiento existencial. 
«Yo me dedico a crear debido al aburrimiento que me produce la realidad y la monotonía de la rutina.» 
(Patricia Highsmith)

El juego de escribir

XVII EDICIÓN: EXTRAÑOS EN UN TREN

   Patricia comenzó pronto a jugar. Y lo hizo de la manera más común: con una redacción escolar de sus vacaciones. En su ensayo Suspense, recuerda que la primera vez que sintió el impulso de escribir fue a los nueve años, cuando la profesora puso como deberes una redacción sobre sus vacaciones para después recitarla en clase. Según cuenta, al terminar de leer su Excursión a los Endless Caverns observó que todos sus compañeros la miraban embobados, y hasta le pidieron que continuara. «De repente me había vuelto entretenida».
   Y desde luego que esa sensación debió impactarla, tanto como para decidir que la escritura sería su profesión. En 1942, se graduó en Literatura inglesa, dramaturgia y cuento en el Barnard College y comenzó a probar fortuna enviando sus relatos a editoriales o revistas pulp que tanto éxito tenían en aquella época. 
   No podemos decir que tuviera mala suerte en este sentido. Publicó su primer relato La heroína en 1945 en la revista Harper’s Bazaar. Y su primera novela se publicó en 1950, a la edad de 29 años. Una opera prima magistral que, además, tuvo la suerte de que cierto director de cine inglés, mister Alfred Hitchcock, la leyera y considerara que cumplía con todos los requisitos para ser el argumento de una de sus películas.
   Por supuesto, hablamos de Extraños en un tren.
   La novela nació de una idea de las que ella catalogó como una breve secuencia de acción que nos viene, sin más, a la cabeza. En este caso, esa idea era: Dos desconocidos acuerdan asesinar a sus enemigos mutuos, lo que les proporcionará una coartada perfecta. Algo tan perfecto que la propia Patricia se mostraba sorprendida de que no fuera más popular en la vida real. Así era nuestra Pat.
  Esa simple idea no solo le daría para escribir esta novela, sino que se convertiría en uno de sus temas centrales: el contraste del encuentro de dos hombres totalmente distintos.
   También le daría una importante suma de dinero por la venta de los derechos para la adaptación al cine. A Patricia Highsmith nunca le gustaron las películas basadas en su obra, y pese a que esta le pareció la más potable, no se mostró demasiado conforme con la versión que hizo Hitchcock de su historia. Eso sí, siempre le agradeció que con ese dinero, unos 7.000 dolares de la época, pudiera dedicarse de manera profesional a la escritura.
   Aunque ello, novela y adaptación por parte del maestro del suspense, la etiquetaran por siempre como una escritora de género.

   La Gran Dama del Suspense


   Seguro que si Patricia Highsmith estuviera viva y leyera esta entrada encontraría la manera de incluir el asesinato de un bloguero en alguna de sus novelas (sí, solía vengarse así de aquello que no le gustaba en la vida real). Y es que si algo llevaba mal esta autora fue que la encasillaran como escritora de género de suspense, como así deja entrever en su ensayo sobre narrativa titulado —curiosa paradoja— Suspense. Lo llevaba mal no solo porque ella se consideraba una escritora de novelas sin más, sino porque esa etiqueta suponía menos consideración tanto en críticas literarias —más cortas y menos relevantes—, como en difusión —el género de suspense tenía un suelo y techo comercial muy preciso—. Y es que aunque Patricia jugara con la escritura, siempre tuvo muy en cuenta el aspecto comercial de sus novelas. 
   Contradicciones aparte, como afirma Paco Camarasa en Sangre en los estantes, lo cierto es que Patricia era la autora más inclasificable en las estanterías de un librero. Decir que era una escritora de género negro, es quedarse corto y obviar obras como Pequeños cuentos misóginos, Crímenes bestiales o El precio de la sal. Pero también sería pasarse de largo no considerar que su obra precisó de un contexto sórdido y criminal para mostrarnos a esos personajes y situaciones que retuercen la moral.
La pasión del público por la justicia me resulta aburrida y artificial, porque ni a la vida ni a la naturaleza les importa que se haga o no.Patricia Highsmith

    Pero, ¿qué es el suspense?
XVII EDICIÓN: EXTRAÑOS EN UN TREN
    Esta es la definición que da Patricia al comienzo de un libro que todos los que aspiramos a escribir deberíamos leer. En ella nos muestra el proceso que se inicia con el germen de la idea hasta la revisión del borrador justo antes de mandarlo a la editorial. Un proceso enfocado siempre en una narración con un solo objetivo: el lector.
   Nuestro arte consiste en captar la atención del lector contándole algo divertido o que merezca la pena que se le dediquen unos cuantos minutos y horas. (Patricia Highsmith)

  Creo que todos deberíamos grabarnos a fuego esta frase. Desde luego, en Patricia Highsmith encontramos una especie de Mr. Jekill y Mr. Hyde. Es como si su persona fuera una en su vida real — solitaria, complicada, huraña, misántropa hasta el punto de culpar a las relaciones sociales como una de las causas de la escasez de ideas— y otra cuando cogía la pluma. Entonces, todo el recelo que le provocaba la gente se convertía en interés para conquistarla a través de sus relatos. ¿Contradictorio? ¿Tal vez un sistema de contrapesos?
   Esa atención debe conseguirse desde la primera página o capítulo, cuya función tiene nada menos que la de provocar dos consecuencias nada desdeñables:
        1. Que el lector siga leyendo.
        2. Que el lector deje de leer.
   Para ello, nos ofrece estas recomendaciones sobre cómo debe y cómo no debería comenzar nuestra historia:
  • No iniciar con una escena excesivamente emocional, dado que el lector todavía no conoce al personaje y no puede empatizar con él.
  • No abrumar con una información excesiva. Debemos evitar inicios que sean resúmenes de la trama y dosificar los datos a lo largo de la historia.
  • No comenzar con párrafos extensos. Incluso acota ese párrafo inicial entre una y seis líneas.
  • Debe contar una acción o una promesa de acción. Mostrar de inicio al personaje haciendo algo o preparándose para hacer algo.
  • Mostrar alguna debilidad de nuestro protagonista. Como dice Patricia todos tenemos debilidades y nos reconforta saber que otros también las tienen, aunque sean personas de ficción.
XVII EDICIÓN: EXTRAÑOS EN UN TREN
   Por supuesto, en ese libro nos dice más cosas y nos ofrece más consejos. Y ten por seguro que daremos buena cuenta de él en el nº 5 de nuestra revista El Tintero de Oro Magazine. Allí, podrás conocer la vida de la autora, anécdotas, excentricidades, citas, reseñas de Extraños en un tren, tanto de la novela como de la película; conocerás una cita a ciegas que seguro te va a sorprender; su relación con Hitchcock; sus consejos de escritura… Puf, ¿nos cabrá todo en la revista? 
    Mientras tanto, os invito a disfrutar de la lectura de los relatos participantes en esta edición que seguro os van a sorprender.

RELATOS PARTICIPANTES

1INCOMPATIBILIDAD DE CARACTERES de Marta Navarro, en su blog CUENTOS VAGABUNDOS
2FILOSOFÍA FERROVIARIA de Beri Dugo, en su blog RELATOS DE BERI
3. ACCIDENTE EN LOS ALPES de Estrella Amaranto, en su blog BLOG LITERARIO AMARANTO
4. PUNTO DE FUGA de Isabel Caballero, en su blog TARA
5OTRO VIAJE AL TRABAJO de Lucas Kurt, en su blog PRUEVA Y HERROR
6. DONACIÓN A LA JAPONESA de Emerencia Joseme, en su blog VIAJE Y FOTOS
7. ¿QUIÉN MATÓ AL ASESINO? de Mª Carmen Píriz, en su blog ALQUIEN CON QUIEN HABLAR
8. LA ÚLTIMA ESTACIÓN DE TREN de Mirna Gennaro, en su blog ISLA DE LOS VIENTOS
9. UN VIAJE INESPERADO de Mery Pérez, en su blog CLIO EN EL ESPEJO
10. MEMORIAS DE UN TIEMPO CONVULSO de Jorge Valín, en su blog ENTRE LAS BRUMAS DE GALLAECIA
11. EL ÚLTIMO VIAJE de Irene F. Garza, en su blog LA QUIMERA
12. POLLASTRE A LA BARBACOA de Paola Panzieri, en su blog DE AQUÍ Y DE ALLÍ
13. UN NEGOCIO PELIGROSO de Josep Mª Panadés, en su blog RETALES DE UNA VIDA
14. EL TREN FANTASMA de Beba Pihen, en su blog AHORA YO DIGO
15. SEÑORITAS Y PLEBEYOS de Irene Rodríguez, en su blog IRENE RODRÍGUEZ
16. EL BESSÈGES EXPRESS de Yessy Kan, en su blog MANIFEST KAN
17. FINSE STASJON. EL ÚLTIMO CASO DEL INSPECTOR ALFONS LAR de Bruno Aguilar, en su blog MENSAJE DE ARECIBO
18. LOS IDUS DE MARZO de Miguel de la Tierra, en su blog HOMBRES QUE AÚLLAN CON LOS LOBOS
19. EXTRAÑOS EN UN ANDÉN de Pepe de la Torre, en su blog ENTRE UNAS CUATRO ESQUINAS
20. EL ÚLTIMO VIAJE de Rebeca Gonzalo, en su blog CRÓNICAS DE LA LOCA QUE CAZABA NUBES

21. NUNCA DESCARTEMOS EL REVÓLVER de Araceli Rodríguez, en su blog LA ESCRIBIDORA

22. VENGANZA EN VÍA MUERTA de Francisco Moroz, en su blog ABRAZO DEL LIBRO

23. SALVADA POR LA LECTURA de María Pilar, en su blog RETAZOS DE VIDA

24. LAS PASAJERAS de Puri Otero, en su blog DULCINEA DEL ATLÁNTICO

25. APARIENCIAS ENGAÑOSAS de Carla Guerrero, en su blog ESTÁ ESCRITO

26. DESCONOCIDAS EN EL TALGO de Rosa Boschetti, en su blogROSA BOSCHETTI

27. LA CHICA DE AYER de David Serrano, en su blog BAJO MI EMBARCADERO

28. LA PLUMA ASESINA de Raquel Peña, en su blog PERLAS NARRATIVAS

29. GERARD EN LAS PAMPAS de Juana Medina, en su blog FICCIÓN

30. EN VÍA MUERTA de Beatriz Vélez, en su blog CAFÉ LITERATO

31. MELANCÓLICO BLUES de José R. Capel, en su blog RELATOS EN RE MENOR

32. EL TÚNEL de Paco López Castelao, en su blog CASTROARGUL

RESEÑAS DE LA NOVELA Y PELÍCULA


  • Reseña de la novela por Marta Navarro en su blog CUENTOS VAGABUNDOS, pendiente de publicación.
  • Reseña de la novela por Rosa Berros en su blog CUÉNTAME UNA HISTORIA, pendiente de publicación.
  • Crítica cinematográfica de Miguel Pina, en su blog CINE Y CRÍTICAS MARCIANAS, pendiente de publicación.

    Recuerdo a los autores que la votación es obligatoria para participar, y que tenéis hasta el día 10 de enero de 2020 para elegir los siete relatos que más os hayan gustado y otorgar siete puntos al primero; seis, al segundo; cinco, al tercero... hasta dar un punto al séptimo. Los votos deberéis enviarlos al mail [email protected]
   Esto es todo por hoy, el próximo 15 de enero de 2020 celebraremos la GALA DE PREMIOS con el ANUNCIO DE LOS RELATOS GANADORES de esta edición, pero antes no podemos marcharnos sin un poco de suspense. Así que os dejo este trailer de la película de Hitchcock para animaros a leer el libro y ver la película.
   
   Y recordad que durante este mes podréis participar en la siguiente edición dedicada a la novela de GEORGE ORWELL, REBELÍON EN LA GRANJA. Más información AQUÍ.
  ¡Ah! Y una última cosa, un nuevo premio se sumara a la iniciativa muy pronto. ¡Permaneced atentos a la pantalla!
(1) Por supuesto es una ficción de cómo pudo ser ese intento de aborto. Otras versiones apuntan a que fue el propio padre el que incitó a la madre de Patricia para que abortara.
     ¡Saludos tinteros!

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