Cuando no te encuentro, y no quiero decir verte,
quiero decir encontrarte hundid@ en los recovecos de mis pensamientos,
o en lo que escribo, en las esquinas de las hojas del cuaderno,
o en la quietud de los árboles que se ven desde el techo.
Cuando te hablo y sólo responde tu silencio,
o la ausencia de tus ojos implacablemente negros,
ardidos de carbón y pocos solemnes,
como dos huecos deshabitados o como dos tiros en tu cara de ausencia.
Abro los ojos a tu omitida existencia, y no hay nada de verdad.
no te encuentro en la sombra que pinto,
y tu vacío lo cubre todo con su manto transparente cuando no estás.