Emerge la marihuana de la tierra mojada,
las nubes se compactan en bloques que retruenan,
las paredes heridas de tiempo donde viven las arañas
y los ases de luz se filtran, tiemblan imperceptiblemente,
ante los ojos indiferentes de la humedad
de los siglos acumulados.
Muerto se alza mi patio
entre pinos, laureles y limoneros;
grisáceo, enfermo y siniestro
entre las quintas verdes y los viejos.