Un cuerpo que no responde,
cuando nadie está sino yo
y este peso que nada calla,
el filo que siempre corta,
la herida que siempre sangra.
Una noche de agua en tormenta,
una espera que no se acaba
de lágrimas del pasado inmediato,
del cansancio que se hunde
entre los latidos de no saber
qué va a pasar.
atrapado en este murmullo
que sólo escucho yo.