Y esos momentos en los que sigues sin terminar la meta, que continúas y no dejas atrás piedras que te dificulten el camino. Esos momentos se sienten como eternos, sigues sin saber cuál es el final y te sueltas la melena aunque no te permita ver hacia donde te lleva, y ahí llega eso de querer más, más y más...
Terminas con piedras en el estómago que ya no te dejan seguir el camino, y volar, volar libre sin un final.