Y fue el beso dado
el que no apura,
el que no condiciona,
el que no vive en la espesura,
el que respeta,
el que presiente nobleza,
el que abre caminos,
el que deja huellas,
el que no siembra malezas,
el que cala hondos trinos,
el constante, sin premuras,
el furtivo, insobornable,
el cántaro fresco,
manantial puro,
el del milagro,
el que nada reclama,
el que te dejo ahora
encendiendo tu alma.
El atrevido,
el sagrado, el que eleva
desde el mismo abismo,
el de los axiomas,
el que se esconde en tus silogismos…
el que acompaña tus noches
de hastío, de calor, de frío,
el que te gusta, el que deliro.
El nuestro.
El tuyo…el mío.