De Olvido y Piedra; Guadalupe Figueroa
I
Y llegó el olvido y abrió mi puerta, a caricias caducas, a besos de una noche, a una estancia sin recuerdos.
II Y llegó el olvido; y ya no sangran mis oídos, y ya no lloran mis ojos, y ya no me hablan las sombras de ti.
III
Y llegó el olvido y mató al amor.