...Y me dejó huellaLa primera vez que la vi, no tenía ni ...

Publicado el 17 julio 2022 por Vesta @Vesta01

 ...Y me dejó huella



La primera vez que la vi, no tenía ni idea de quién era. En verdad, me sentí algo avergonzada porque a pesar de tener ya 12 añitos, no la conocía y ni tenía referencia alguna de lo que suponía esa "bajita" adorable. 
Había algunas compañeras de clase que hablaban de ella con tanta soltura y contaban sus aventuras con su familia, sus amiguitos y sus encuentros con los casos que la vida se le presentaban, que quise saber más, pero mucho más de ella. 
Así pues, pedí dinero a mamá y me fui a una librería y pregunté por ella y por dónde estaba. La señorita que me atendió me dirigió hacia ella y me vi con una especie de columna toda invadida por esa pequeñaja de pelos rizados. 
¡Dios! Y ahora, ¿qué iba hacer? La dependienta me preguntó que cuál quería y claro, yo no tenía ninguna intención clara. Me sentía abrumada y en verdad, los quería todos. Se convirtió en una necesidad imperiosa. Al serenarme ante tal escuadrón, me fijé que había un libro grande, plateado y en la portada estaba esa linda pequeñaja.
Me decidí por ese. Era una recopilación de muchos de los libritos publicados sobre ella y como mi afán era saber lo más posible sobre ella, ya lo tuve claro. 
¡Uf, cuando vi el precio pensé en cómo le iba a decir a mamá todo eso! Fue fácil, me sinceré con ella y todo fue de maravilla. 
Enseguida me puse a leer y leer sin parar hasta que acabé con él. Pero ahí no acabó todo, lo volví a leer una segunda vez y empecé a pararme en alguno de los pasajes de la historieta. Mi padre me había aficionado al cómic, pero esto era totalmente distinto. Iba más allá de unos dibujos que adornaban una aventura o un chiste fácil. 
¡Vaya, me estaba haciendo pensar además de dedicar tiempo a divertirme con la lectura! Creo que comencé a entender de lo que hablaban mis compañeras, pero esa pequeñita no se quedaba ahí, en lo que comentaban, iba más allá. Esto me costó muchas más lecturas: una y otra vez. No me cansaba de ver y comprender este maravilloso libro. 
Aún lo conservo. Se le han roto la portada y algunas hojas que fui pegando con cinta adhesiva que ya está amarilla y comienza a despegarse, pero lo tengo; lo mantengo a mi lado y sigo leyéndolo una y otra vez y fijándome con más cuidado en sus brillantes dibujos, en las caras de sus personajes y su vestuario.
Mi querida pequeñita "sabedora y siempre inquieta por conocer y entender este mundo". Mi querida y estimada Mafalda. Gracias infinitas a Quino por mostrármela y compartirla conmigo y con millones de lectores como yo inclinados a pasar un buen rato y a aprender a cómo ver la vida desde los distintos vértices que posee ésta, reflejada en sus personajes.
Hoy, un 17 de julio de 1932 nació en Guaymallén, Argentina el PAPÁ de Mafalda: Quino, su creador y me hecho recordar, gracias a Google, cómo la conocí; así que, aquí te dejo mi descubrimiento mi estimado cómplice. 
Y tú, ¿cómo la conociste?...
¡Hasta pronto, cómplice!