Revista Diario

Y me llegó hasta la medula, tu Piel, Pedro.

Publicado el 25 enero 2016 por Evamric2012

Y me llegó hasta la medula, tu Piel, Pedro.

Entre la semana pasada y ésta, y tras mucho pelearlo, por fin logré acunar entre mis manos el libro de uno de esos hombres con las que a una, tras haberlo leído, compartir correos y analizar algunos de sus textos con mis estudiantes de este otro lado de la frontera, va y le gustaría tomarse una copa, o un

café- aquel que nos quedó pendiente por esos avatares de la vida cuando atravesamos períodos de esos que suelen darnos unos "golpes tan duros, que yo no sé" y va y no lo hacen posible.

Pedro es de esos autores, hombres, personas que sientes de tu manada, y con los que te gustaría caminar a su lado por algún parque de Madrid saliendo de una exposición de Antonio López (¿recuerdas?) que aunque finalmente no se diese, y haya poetas con los que el destino no haya podido cruzarnos y que llevan nuestra misma voz en los pulmones, los llevamos más allá de su propia piel en los estigmas de la nuestra, compartiendo más allá de nuestra propia cultura y en las raíces de las esperanzas, escalando entre palabras una misma cima compartiendo un puñado de acerolas como dos niños que anidan un mismo recuerdo al filo de esos despeñaderos, que si bien producen vértigo, una vez alcanzados, nos hacen sentirnos más libres si cabe, permitiéndonos cogidos de la mano atravesar algún puente entre el Perú o Valladolid pasando por París...

El poemario Piel de Pedro Ojeda Escudero no es un libro en el que el autor se publique a sí mismo, no es un Poemario en aras de buscar notoriedad como poeta (no la necesita), es tan natural como la Piel que nos cubre, es como Pedro es, sin más fioritures (como decimos por aquí) con la sencillez que de entre sus versos declama solidaridad en busca de un planeta más universal y mucho más justo y humano. Y por eso, entre otras muchas cosas, yo admiro a Pedro y soy capaz de ponerme en suPiel.

La finalidad de este libro que recién acabo de terminar, y aún guarda en cada uno de sus versos un latido universal más allá de cualquier latido, es el de no hacer poesía social, no conformarse con ser un simple panfleto.

Los beneficios recaudados de este libro van a una ONG, el poeta sólo quiere despertar conciencias, hacernos partícipes de que sólo somos unas minúsculas moléculas dentro de este universo en el que todos somos simples partículas, y que por sí solo ya es más que un futuro lograr que nuestras manos consigan entrelazarse más allá de nuestro individualismo.

Sencillamente el hecho de poder arrancarle una sonrisa a un niño, ya me había cautivado antes de leer siquiera una línea. No soy de las que se vende... necesito convicciones antes de entregar mi corazón a cualquier postor que se conforme con algunas de esas lágrimas que personalmente no me llegan ni a la epidermis sin que me hayan desgarrado la piel. Mi piel.

Durante esta semana, he abierto este pequeño poemario y me he columpiado entre sus poemas, que he llevado conmigo y paseado por todos los rincones de París y tejaditos por los que suelo transitar. Te he leído y releído, Pedro, y entre tus versos, abrazada, nos he imaginado a todos los que nos subimos a este tu barco, a devolverle la sonrisa al menos a un niño, y si ya es uno solo, me basta y me sobra.

Os dejo un par de poemas que os mostrarán la clase de Hombre que es, y para que os hagáis una idea, quienes ni le conozcáis, de quien es Pedro; este ser que desde que lo leí, me enseñó a sonreírle a la vida, y a seguir caminando.

Gracias Pedro, por hacer que este mundo tan grande, se me/ no se nos quede chiquito.

Por este poema, te beso y te agradezco, lo que la belleza y las almas grandes, ofrecen en su vuelo, sin aspas, ni aspavientos.

Y me llegó hasta la medula, tu Piel, Pedro.

Y me llegó hasta la medula, tu Piel, Pedro.

Y me llegó hasta la medula, tu Piel, Pedro.

Sobre su proyecto, Piel, pinchad aquí:

de querer viajar por la belleza.


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