Eso es lo que me digo cada vez que anuncian el principio de una nueva saga. Que sí, que a todos nos gusta que nuestras historias favoritas se alarguen, siempre y cuando la historia lo merezca y tenga coherencia. Y a mí la primera (¡que una de mis sagas favoritas tiene más de veinte libros y subiendo!). Peroooo, seamos sinceros. No me digáis que no es liberador y extraordinario cerrar un libro y saber que este cuento se ha acabado. Porque no hace falta alargar una historia para que esta quede redonda, porque a veces el encanto se pierde por el camino, los personajes se desdibujan, pierden la chispa y se vuelven incoherentes, irreconocibles. Y entonces te preguntas, ¿qué ha pasado con esa historia que tanto me enamoró en el primer libro? ¿Dónde están esos personajes a los que admiré, con los que conecté desde la primera página? Hay sagas y sagas, eso está claro, y muchísimos autores lo llevan a las mil maravillas. Sagas en las que ves crecer a los personajes, evolucionar, desnudar su alma y, en resumidas cuentas, quererlos con sus defectos y virtudes. Pero desgraciadamente, no siempre se consigue.
Y esta entrada viene inspirada básicamente en dos de los últimos libros que he leído (me falta una reseña de ellos por subir), y que al terminar he pensado: quién diga que una buena historia no puede construirse y cerrarse en un solo libro debería leerlos. Vale que uno de ellos, La canción secreta del mundo de José Antonio Cotrina, tenga sus 666 páginas. ¡Pero menudas 666 páginas! No tengo palabras para describirlo, es… impresionante, sí, esa es la palabra. Y termina, el libro tiene un final tan perfecto como toda la novela. ¿Qué podría escribir más libros sobre este mundo? Por supuesto, y espero de corazón que lo haga, porque los leería todos encantadísima. Pero la historia de Ariadna se acaba aquí.
Mi otro ejemplo lo elijo precisamente por ser el primer libro de una saga, pero una de esas sagas donde cada libro pertenece a un personaje diferente y que tienen en común el escenario, en este caso toda una nación. Finnikin de la roca, de Melina Marchetta, un libro que para mí había pasado sin pena ni gloria y que por los comentarios de Aineric y Papalbina tuve que leer. ¡Y OMG! Menuda historia se marca la autora y qué manera tan sublime de desplegar toda la ambientación, darle vida, forma, sustancia… Qué manera tan extraordinaria de desarrollar a unos personajes complejos y en absoluto perfectos, personajes tan vivos como la propia ambientación. Y una trama sorprendente, cruel y hermosa al mismo tiempo, desgarradora y fascinante. Y todo en un solo libro con un final que te encoge el corazón y te deja con una sonrisita tonta en los labios.
¿No os encanta este tipo de libros? Los terminas y puedes respirar, paladear las mil sensaciones que se te quedan y pasar a otra cosa, adentrarte en cualquier otro mundo y descubrir nuevos personajes. Sin esperas exasperantes, sin la desgana que supone leer un segundo/tercer/cuarto libro de una saga de la que apenas recuerdas nada porque ha pasado demasiado tiempo desde la anterior publicación. Por eso me emociono tanto cuando encuentro pequeñas joyitas como Las carreras de escorpio de Maggie Stiefvater, un libro de fantasía que cuenta una historia fascinante, un libro con una narración hermosa y unos personajes que llegan. ¡Un libro único! O sorpresas como Enlazados de Carlos García Miranda, que siendo distopía el autor crea toda una trama con sustancia y da vida a unos personajes muy buenos en muy pocas páginas. Y por eso me gustan tanto los libros realistas del tipo Entre tonos de gris, Bajo la misma estrella, Mi hermana vive sobre la repisa de la chimenea, La lección de August, El cielo está en cualquier lugar, Willow, Cuaderno para dos, los libros de Stephanie Perkins, Begoña Oro o Sarah Dessen, y un interminable etc., porque casi siempre cuentan una historia que termina al cerrar la última página. Y a otra cosa mariposa.
Me gustan las sagas OJO. Y seguiré cayendo como una tonta en ellas, y me seguiré enamorando de muchísimas historias que son brillantes independientemente de la cantidad de libros que tengan (ya sabéis que no hace mucho empecé Hija de humo y hueso, y estoy encantada de la vida. Por mí como si escribe 20 libros que los leeré todos mientras la autora mantenga la esencia). Pero todo eso no quita que me agobie, que prefiera esperar a que estén todos los libros publicados para leerlos de un tirón, que me decante por libros únicos. No evita que te topes con historias magníficas que van decayendo libro a libro y que terminan decepcionándote una barbaridad. Ahí está Sinsajo, que personalmente me parece un final mediocre para una saga tan buena. O Juntos Liberación, libro que ni siquiera he podido terminarme cuando los dos primeros me gustaron bastante.
Por todo esto, a partir de ahora miraré con lupa las sagas que empiezo, y mucho me tiene que llamar una saga para que la comience sin tener claro cuándo se publicarán los libros que faltan. Y de empezar alguna, lo haré siempre y cuando el primer libro tenga un final más o menos aceptable (nada de finales de infarto que te dejan mordiéndote las uñas). Aprovecharé para leer la trilogía Las guerras del mundo emergido (que Mai me ha metido entre ceja y ceja, ejem!), la trilogía Divergente ahora que no queda nada para que salga el tercero, la trilogía de El corredor del laberinto de la que tan bien me han hablado, y Cazadores de sombras Los orígenes.
Y ya que estamos hablando de sagas. ¿Habéis leído La quinta ola? Pocos serán los que no lo conozcáis, parece ser el nuevo boom literario y, sinceramente, me aterrorizan los libros que vienen pisando fuerte porque nunca sabes lo que esperar de ellos. ¿Alguien lo ha leído? ¿Me podéis decir si tiene un final más o menos cerrado? (de eso dependerá que lo lea ahora o no). ¿Merece la pena?
¡Un besote a todos!