Unos dicen que alguien sabe vivir en este mundo una vez que ha aprendido a no sentir nada, a ser indiferente hacia todo y hacia todos, a levantarse cada mañana, salir de su casa y no ver personas, sino gente; a mirar por si mismo, en primer, segundo, tercer y cuarto lugar; y a cambiar las palabras amor y felicidad por bienestar e inteligencia emocional.Dicen que el dolor no existe, que sólo se enseña el nombre de algo parecido, realidad, y varias promesas del destino, para que ese alguien aprenda de él, quizá no aprenda a ser tan malo ni si quiera con los años, pero al menos le quedará sentido del humor.Otros creen que nada de eso es cierto, que sólo seremos lo que queramos ser, que nuestros sueños dejarán de ser mentiras algún día de estos. Dicen que si ese alguien está vivo es para sentirse vivo, para bailar con el dolor cuando suene cualquiera de esas canciones de cuatro cuarenta y para encontrarse a sí mismo en una realidad reinventada.Los primeros creen que los segundos son unos putos idealistas de mierda, los segundos creen que los primeros llevan razón y se alegran.
¿Y si te quitan el suelo de debajo de los piés?
Publicado el 15 noviembre 2010 por AracelimanzanoUnos dicen que alguien sabe vivir en este mundo una vez que ha aprendido a no sentir nada, a ser indiferente hacia todo y hacia todos, a levantarse cada mañana, salir de su casa y no ver personas, sino gente; a mirar por si mismo, en primer, segundo, tercer y cuarto lugar; y a cambiar las palabras amor y felicidad por bienestar e inteligencia emocional.Dicen que el dolor no existe, que sólo se enseña el nombre de algo parecido, realidad, y varias promesas del destino, para que ese alguien aprenda de él, quizá no aprenda a ser tan malo ni si quiera con los años, pero al menos le quedará sentido del humor.Otros creen que nada de eso es cierto, que sólo seremos lo que queramos ser, que nuestros sueños dejarán de ser mentiras algún día de estos. Dicen que si ese alguien está vivo es para sentirse vivo, para bailar con el dolor cuando suene cualquiera de esas canciones de cuatro cuarenta y para encontrarse a sí mismo en una realidad reinventada.Los primeros creen que los segundos son unos putos idealistas de mierda, los segundos creen que los primeros llevan razón y se alegran.