“Hola mi amor. He intentado llegar a tí de muchas formas sin conseguirlo. Te dejo esta carta como último intento para poder arreglar las cosas entre nosotros. Me cuesta respirar sin tí. Sabes de sobra que ante conflictos, abogo por solucionar cara a cara y lo antes posible cualquier disconformidad; así lo llevo intentado meses con varias propuestas que no han sido aceptadas y ni creo escuchadas en su profundidad. No se les dio oportunidad. Sin más. En parte, lo entiendo. En este punto no ayudaban esas secuelas que dejé por no haberlo hecho fácil en ocasiones. Si embargo, este alargado vaivén que mantienes de hacer una cosa y decir otra no lo puedo soportar más pues sólo me lleva a crear más desconfianza, malestar y daño fracturando notablemente mi bienestar. Tampoco ando exento de responder de cierta forma ante este acto. Lo sé. He jugado con una baraja que no era la mía tratando de conservar algo de cordialidad, pero me resulta como mínimo muy injusto no recibir al menos alguna explicación cuándo en cambio a mi se me piden y las doy, además de producir desequilibrio, (justo lo contrario de lo que necesito y quiero para mi vida). Se ha destruído en lugar de construído. Esta soledad que me has impuesto y que ha llegado en uno de los momentos en los que quizá menos la necesitaba, (quizás no: en realidad), me ha otorgado tiempo que me ha llevado de paseo por todos los recuerdos acumulados. Maravillosos momentos en los que ví quién quería ser y sentir apostando fuerte y con todos mis sentidos por alguien en quién creía. Entregué Todo. Y quería Todo también. Ese ha sido el problema; mi problema o error más bien, pues sin ánimo de reproche, en parte … en esa parte que para mí es la raíz, no se me entregó. Pero no culpo ni responsabilizo. Cada quién sabe lo que quiere o no entregar y sobretodo a quién. Todos lo hacemos. Es un derecho ootorgado y obligado. Pero hay lagunas que ya configuran ríos, llenos de muchas preguntas sin respuesta y promesas incumplidas de acciones que nunca vieron su luz a pesar de aguardarlas durante largos meses que me hacen cuestionar porqué seguí esperando y pidiendo en lugar de asumir lo que estaba ocurriendo. Pero dolían y dado que la promesa era conmutarla por lo contario, pues … pacientemente, esperé.Siempre sostuve que las palabras fueron sinceras, más ahora, a día de hoy y desgraciadamente sin poder evitarlo, me cuesta seguir apostando por ello y es sin duda porque las acciones no resultan acordes a ellas. Es lo que ocurre a mi entender, cuando se crea vacío, ausencia y más si es de forma reincidente ... Cuando lo que predomina son evasivas ante preguntas claras, cuando no se fomenta ni concreta un encuentro; más allá de ello se entregan mil excusas para que no ocurra. Cuando no se acepta “verse”.Y el tiempo pasa … Y se lleva fé y trae dolor. Dolor que nace de una contradición de palabras versus actos, de capítulos a medias, de ocultismos innecesarios, de agotamiento ante mi tozudez por derrumbar aparentes miedos a fin de unir. Dolor que nace, supongo y en definitiva, por conceptos de vida opuestos que aún teniendo en las manos el aunarlos, costó lograrlo.Es así como la imperiosa fuerza de la forzada distancia, hizo su aparición de nuevo, (como antes otras veces, sí, muchas otras), aumentando con ello recelos, dudas y cansancio. No me quedó más que acatar sus indicaciones. Las tuyas.Como huyo ante el vacío, pues aunque en ocasiones me ha traído alivio en esta no parecía ir por esa vía, acepté sus reglas y me dispuse a mantenerme ahí: en la distancia. Tampoco pudo ser ya que ese hilo con el que aún sustentabas ambos cuerpos ha seguido tirando de mi. Y me encuentro de nuevo bañado en un mar de incongruencias de las que no consigo obtener explicación por mucho que la pida, recibiendo en cambio ciertas frases que carecen de sentido cuando lo que se percibe es que las acciones distan considerablemente de ellas.Así es que después de que mis lágrimas, una vez más, salieran de paseo bailando victoriosas sobre este cansado corazón y se fueran directas a mi intelecto para abofetearle, me di cuenta que bajo mi criterio, y aunque no siempre había encontrado la adecuada y correcta manera de demostrar que lo que quería era acercar, en conclusión a lo que constantemente me he dedicado es a ello. Pero el saldo ha sido infructuoso.Tratando de entregar lo que yo mismo deseo para mi y gastadas otras alternativas, he creído oportuno dar por zanjado este recorrido que hoy por hoy parece que solamente trae descontento, sin que ello parezca un final de cierre, no obstante si un punto y aparte; hay dos corazones dañados que necesitan calor y creo que no podemos seguir lastimándoles.Puede … que tal vez este cambio de párrafo, sane.Puede … que quizás más adelante, en esas lagunas que ya configuran ríos se pueda nadar sin cargas.Puede … que perduren los olores.Puede … que cuando me despierte, nada se haya desvanecido..Más por siempre ...GRACIAS de todo corazón.TQ.
Autora: Silvia AG