Revista Diario
Querido tú,Cuánto tiempo sin escribirte en condiciones, cuánto tiempo sin saber de ti. Habrás perdido incluso la cuenta de los días que han pasado sin que dé señales de vida, ¿ verdad? Probablemente importe poco, más debería importar los días en que te saludaba y te escribía o simplemente no tenía nada que hacer y me levantaba a las 7 de la mañana para darte los buenos días a través del whatsap. Que tiempo aquellos, todavía lo recuerdo. Qué te iba a decir, a ver cuándo surge y me llamas o me mandas un mensaje. Están pasando los días. las semanas, los meses. Cuando quieras darte cuenta, habrá pasado ya casi un año y no sabrás ni quién soy, ni lo que me gusta hacer, ni entenderás por qué me he largado de viaje anosesabedóndeniconquién porque no habrás tenido el valor de preguntármelo.
Pero claro, hace tiempo que también perdiste tu derecho a hacerlo. Y yo me preguntaré, ¿tan mal lo hicimos? O más bien, ¿tan mal lo hice? Sinceramente, hace tiempo que me di cuenta de yo no hice nada mal. De hecho, te di más de lo que tenia. Y agradezco poder decir que me di cuenta de todo, de que merecía algo mejor, y que para ello, debía avanzar. Y eso he hecho. No ha sido un camino fácil, más bien doloroso y lleno de piedras que llevan tu nombre. Al fin y al cabo, somos lo que vivimos. Y contigo he vivido más que en todo mi vida. Te cuento para que te pongas al día me fui de allí porque necesitaba saber si era importante en la vida de alguien, y si vendrías a buscarme o darías señales de vida y ya han pasado 2 meses, estoy bien por el momento. Aquí en Barcelona todo es más tranquilo, y no hay tanto ruido duermo bien que eso es lo importante. Y me he dado cuenta que soy importante en la vida de alguien, que él si que me quiere como tu nunca has sabido hacerlo, y a pesar de que yo lo di todo por ti, tu nunca supiste agradecerme lo que hice. Prometí no escribirte más pero hay algo llámalo fuerza, o llámalo tiempo o como quieras llamarle que me hace retomarlo todo, pero no te ilusiones que me haga retomarlo todo, quiero decir a escribirte no a quererte, bastante te quise ya y tu no me hiciste caso. Y está no es una de esas veces que te escribo para vengarme, ni reprocharte nada está es una de esas veces en que me despido sin más, en que espero que te vaya todo bien allí donde estés, y con quien estés. Solo decirte que nuestros caminos se cruzaron una vez, y me tropecé bastante con las piedras esas piedras que tu mismo pusiste. Verás cuando me fui a Madrid, me paso algo muy bonito me di cuenta de que la vida es bonita y no hay que malgastarla llorando y reprochandole nada, porque al final solo hay una vida y hay que disfrutarla mientras se vive de las cosas que te pasan. No quiero reprocharte nada, ni echarte nada en cara porque yo no soy quien para hacerlo. Y si estoy enamorada, pero no de alguien si no de la vida de lo que me pasó en Madrid y de todo lo que estoy viendo en Barcelona. La vida nos enseña cosas muy bonitas que debemos aprender, momentos, lugares, gente que se cruza por tu vida y se queda para siempre en ella. Ya no quiero que me recuerdes, ni yo recordarte porque si la hago me pasaría llorando todo el día, aun que a veces estés en algunas canciones. 5 meses han pasado desde que deje de hablarte y 9 desde que te borre de mi lista de contactos porque si no te hubiera borrado, seguiría tu recuerdo presente seguiría el peso en mi cabeza de los dos años que te tuve dentro de mi y entonces ya no podría borrarte por el simple echo de que ese peso me daría las razones equivocadas otra vez, para no hacerlo. Así que decidí borrarte porque tuve el valor de sentarme conmigo misma, darme un stop para saber si quería que siguieras en mi vida, y ese stop me vino de maravilla, tanto que me di cuenta de como eras en realidad, de como te colabas en los corazones de las personas y dabas tumbos por ellos, hasta encontrar lo que necesitabas y arrebatárselo de él. Pero yo he recuperado lo que un día tu me quitaste de mi corazón las ganas de vivir, las he recuperado porque tu nunca me las quitaste yo las tenía escondidas en no sabe donde pensando que me las habías quitado pero no fue así, simplemente se habían escondido por ti. Y después de tanto, solo me queda decirte gracias.
-Las ganas de vivir, es lo que te hace sentir vivo y seguir disfrutando de las pequeñas cosas que te pasan en la vida.