Y yo no se por qué coño la lluvia me quita el sueño
y me hace sentir poeta, cuando no soy más que la misma
mierda que los demás.
Con palabras en la boca y fuego entre las manos.
Pues me desespera el silencio y me abraza,
promete ser mi Peter Pan y yo me como sus palabras
como se beben las cervezas: frías y con mucho gusto.
Alguien tira piedras a mi ventana
y dudo que tenga sabor en los ojos y chispas en la boca,
ni al revés.
Será cualquier recuerdo que vuelve con cara de miedo,
o miedo premonitorio,
o premonición a secas.
O sueño, creo que me busca y quiere su recompensa en oro,
sin trampas ni trucos bajo la manga.
Tal vez delire,
tal vez la tierra me sepa a poco y sea una lunática de esas
que pertenece a cualquier sitio y a la nada.
Tal vez duela y no sangre la vida
y tal vez los pájaros desprendan sus alas y vuelen desnudos,
por amor al arte y a mi misma.
Tal vez sí que haya magia
y la suerte sea solo el destino de los necios.
Y tal vez un día yo también vuele y brille y nazca,
pero hasta entonces y es todo cierto,
el mismo sello se quema y nos marca.