Ayer publiqué en Facebook y Twitter un relato que escribí en Tormentas de Tinta en el año 2017, cuyo título es El CANÍBAL. Es una historia singular de sumisión y dominación. El caníbal es un amo que tiene un harén de sumisas y se encapricha de una. Hasta aquí puedo leer. Bajo esta publicación tenéis el enlace si lo queréis leer.
Lo que me resultó curioso es que, cuando lo escribí y publiqué, pensé en que me iban a caer tortas por todos los lados. Mi relato, faltaría más y gracias a Dios, nada tiene que ver con 50 sombras de Grey, una full de esas que se envuelven en marketing y millones en publi y se convierten en bestsellers porque así ha sido programado por una editorial.
Curiosamente no me cayó ni una sola. Es más, muchas lectoras se murieron por ese caníbal... Debo confesar que yo, aquí la menda de su autora, también estoy enamoradita perdida de este caníbal. Si el autor no lo está, raramente se enamorarán los lectores.
Ahora que toda esta vaina está tan rara, que nada se puede decir sin que siente mal a alguien, hablar así de un hombre dominante y una sumisa, creí que iba a ser criticado.
Reconozco que, para mí sorpresa, las lectoras me abrieron los ojos. Nada tiene que ver el sexo consentido en la intimidad con el maltrato. Nada. Por fortuna...