Ya he pedido una tregua

Quiero verte aquí estar contigo y que a veces me ladres. He puesto las manos donde puedas verlas, para que te des cuenta de que no pienso intentar nada raro. No seré la malhechora que se saque una pistola de detrás de la camisa en el último momento para disparar, y si quieres me pongo de rodillas para que te de tiempo a bloquearme. Voy a entrar en ti en ese sitio en que no estuvo nadie.En realidad si me miras, vas a ver que no soy más que la persona que más te quiso, y la que absorbió tu tiempo y tus ganas, también, pero todo con conocimiento de causa. Que en nombre del amor se suelen hacer muchas locuras (y da gracias, que yo no he hecho todas), será lo que alegue en mi defensa.Te voy a hacer reír con la fuerza de un beso y mi arte. Y léeme mis derechos y verás que puedo solicitar un abogado. Ring, Ring. Te suena el móvil, ah, sí, te estoy llamando como principal defensor. ¿Cómo? ¿No puedes ser defensor y acusador a la vez? Pues cuelga la toga y vente conmigo, en vez de arrestrarme y nombrarme culpable por qué, ¿porque un día decidí que sólo quería tu sonrisa por las mañanas y que fueran tus dedos los únicos que deseaba que se pasearan por mi pelo? Quiero ver en mí que tenerte es lo más importante. Por robarte el corazón, entonces entendería el numerito del arresto. Pero tú qué, tú me robaste el alma, y yo a ti no te dije nada. Gané por ti todas mis batallas, con buenas o con malas artes, pero aquí estoy. Ya te he pedido una tregua, no quiero seguir con esta guerra. Si me das la libertad sin cargos, ya me marcho. Que me he cansado de sufrir como una tonta.
Y aunque el mundo se confunda, esto es la vida para mí.