Los martes os suelo contar alguna actividad que he hecho con las niñas, pero este martes es especial porque, como much@s ya sabéis, ayer fui tía por segunda vez. Así que el post de hoy se lo hoy a dedicar a mi hermana (el otro 50% de www.lascamisetasdemami.com) y Ander, mi recién estrenado sobri.
Nosotras somos las típicas hermanas que nos queremos con locura pero que también nos peleamos con locura, luego le ponemos la cabeza como un bombo a mi madre y cuando nos volvemos a ver es como si nada.
Me gustaría que mis hijas y sus hijos tuviesen la misma relación que tenemos nosotras. Hemos salido juntas, hemos reído, hemos viajado, ha mediado con mis padres para que me dejasen salir hasta más tarde, me dejaba quedarme a dormir en su casa cuando salía por Madrid y me daba pereza volverme a casa…
También nos hemos pealado, como todos los hermanos, no voy a decir lo contrario. Pero nunca ha sido por cosas importantes, bueno cuando tienes 16 años y te quieres poner tu camiseta favorita y está sucia porque se la ha puesto tu hermana sí es importante, pero hoy nos damos cuenta de que no.
Creo que quien tiene un hermano tiene un tesoro (también tengo un hermano, pero hoy la prota es mi hermana Ana). Recuerdo cuando le dije que había llegado el momento de ser mamá, estábamos en un crucero por el Nilo y ella alucinaba, de hecho, me decía que estaba loca que era muy joven y que tenía que disfrutar, salir, viajar… Pero el momento había llegado.
Cuando Rosa nació ella estaba fuera, con mi madre y mi padre, esperándonos. Cuando nació Carla también estaba ahí. Sin embargo, yo no he podido estar con ella en ninguno de sus dos partos porque he tenido que estar cuidando a las niñas. Ayer cuando me enviaron la foto de Ander no podía parar de llorar de la emoción que me hacía verle, pero a la vez tristeza por no poder estar ahí con ella
Yo fui la encargada de llevar a Eneko a conocer a su hermano, por lo menos no me perdí eso. Le fui a buscar a la guarde, le puse guapete y nos fuimos a la maternidad. Me encantó ver la cara que puso cuando vio a su hermano, la cara que puso Ana y mi cuñado (que, por los nervios le dijo que le iba a presentar a su primo
Las reacciones de los peques de la familia fueron:
Eneko: lo miró y debió de pensar ¿por esto tan pequeño tanto revuelo? Tío ábreme el coche tan chulo que me habéis comprado por ser hermano mayor. Vamos que no le volvió a hacer ni caso, de hecho, se fue tan feliz a dormir a casa de sus abuelos.
Carla: ¿Pero si parece mi muñeco? ¿Es muy pequeño no? No sé yo que se esperaba que tenía la tía en la tripa…
Rosa: Se sintió madre, es a la que más ilusión le hizo (contra todo pronóstico porque mi hermana y ella tienen algo especial). Quería cogerle, cambiarle, besarle, acunarle… Menudo peligro vamos a tener.
Ser tía es algo maravilloso, bueno ser tía-madre porque yo me encargo mucho de Eneko y ahora me tocará de Ander. Yo llevo a Eneko al cole, de hecho, muchas mamás piensan que tengo tres hijos.
Cuando Ana me dijo que estaba embarazada pensé que no iba a hacer tanta ilusión Ander que Eneko (es mi noño), pero estaba equivocada me ha hecho la misma ilusión. Ahora, me toca esperar a septiembre que voy a ser tía otra vez. En este caso del hermano del padre de las criaturas.
Bueno, os dejo de aburrir con mis cosas, pero es que quería que esto formase parte de mi pequeño horno.