Se inició ya el velatorio
cinco letras lo custodiarán
cinco letras lo velarán.
Cinco letras lo mataron
cinco letras lo enterraron.
Como buen observador,
aquí les voy a contar
qué hicieron aquellas letras.
Comencemos por la H
que conquistara a un buen hombre,
cayendo éste,
inmediatamente a sus pies,
y en poco tiempo
también
padre lo hizo
H a su vez.
H interpretó su papel
de fiel amada y buena madre
en escenarios, escaparates y saraos;
pero nadie sospechaba que,
como buena LL que era,
doble vida ésta llevaba.
Un amante mostraría,
a la vuelta de la esquina,
con el que se llevaba viendo
ya algunas días,
siempre en secreto y a escondidas.
Es bien sabido que las mentiras
tienen las patas muy cortas
y al fin todo a la luz saldría.
Pero no han de preocuparse
los lectores de esto engendro
de seudo poema sonetero
que nada de esto ocurrió
por ser todo ello
producto de la imaginación
del autor.
Escrito a las 06:00 de la madrugada de un domingo entre tequila y marihuana, recordando a una gata de ojos azules que conquistara años atrás, una tal poeta venido a menos, con un buen plato de lentejas y unos tragos de rojo vino de su tierra, sin saber que aquella gata, algún día, le partiría el corazón.
Autor: Boris Renomo Lecvacina (Croacia 1987)