Pues bien, no sólo ya no están, sino que en su lugar ahora hay cactus en macetas. ¿Cinismo, hechizo, magia negra o simple resultado de los gustos de los nuevos habitantes de esa casa?
Sepan que se fueron sin avisar, sepan que ya no puedo ir para allá a mirar la gente pasar, ni ellos acá a ayudarme a espiar. Un día estaban y al otro no. No me gusta nada esto.