Revista Diario

Ya no me contestes...

Publicado el 31 agosto 2015 por Marta Bartac @martabartac

Ya no me contestes...

A veces duele decir adiós a una persona que has querido mucho, y que has estado aferrada a ella durante mucho tiempo. Te has aferrado por el miedo de que lo perdieras o dejaras de sentir por ella, pero esas cosa pasan y más si la persona a la que quieres te decepciona con sus propias acciones. La vida no es un libro donde te cuenta una historia, tu historia la tienes que ir escribiendo tu en ese libro. Duele decir adiós porque no sabes si volverás a verle de nuevo, si os volveréis a cruzar algún día por alguna calle, o simplemente si volveréis hablar, todo ser humano comete errores y la caga alguna que otra vez. Yo hace mucho tiempo que deje de tener miedo, que deje de tener dolor, pero sobre todo de sentir. Él me hizo que fuera una persona todo lo contrario a mi, que fuera fría y no dejó nada, bueno si, un simple vacío.

Y ahora ni siquiera nos cruzamos, ni nos miramos, ni nos dirigimos la palabra, todo se volvió más frió desde ese miércoles. Y es mejor así cada uno por su lado, con sus vidas desechas y sus cosas buenas y malas y verdaderamente no sabría de que hablar con el, todo se volvió más frió, y vale si el frió también quema la diferencia es que el ya no le importa. Él hizo que dejara de sentir por él, fue el mismo por sus propias acciones le olvide por completo, ahora cuando le nombran ya no me duele ya no siento lastima, ni dolor no siento nada más por el está vacío y mejor que siga así porque desde que no hablo con el soy mucho más feliz. Quien sabe, si algún día volveré a ser la misma de antes, si volveré a encontrarme y sobre todo si volveré a llenar ese vacío. El tiempo lo dirá todo, y os aseguro que el tiempo siempre da la razón a la persona que ha sufrido. Ahora toca sonreír, y tirar para adelante aunque cueste. Ya son 20 días que no hablo con el y estoy feliz, nunca había sentido está sensación de felicidad es la primera vez que me pasa, no me importa nada, me rio a todas horas, no me preocupa nada, lo peor es que estoy bien y no me siento tan culpable.


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