El nuevo ministro de Educación español presentaba ayer las líneas básica de la reforma educativa que se nos echa encima. Uno de los apartados esgrimidos como bandera, estandarte, promesa electoral o qué se yo es la supresión de la asignatura de Educación para la Ciudadanía, que actualmente se cursa en 5º de Primaria, 2º de ESO y 1º de Bachillerato.
Ayer escuchaba en la radio con atención y curiosidad las primeras opiniones tras las palabras del ministro, y hoy varios de mis alumnos de 2º de ESO me decían, no sin retintín -y olvidando que, básicamente, doy clase de Historia y Geografía-:
- Profe, te han quitado tu asignatura.
- No, que la han cambiado de nombre -les respondía yo, mientras dejaba encima de la mesa libro, carpeta y estuche.
Llevo varios años impartiendo esta asignatura, casi desde que el gobierno anterior la impuso, dividiendo en dos la que ya existía de Ética en 4º de ESO y trasladando parte del temario de la misma a cursos inferiores. Desde entonces, varias han sido las protestas, esgrimiendo razones de mayor o menos conveniencia política, aduciendo que esta asignatura promovía la manipulación de nuestros dulces, preocupados y ocupados jóvenes. Recuerdo, especialmente, a dos familias que una y otra vez lanzaron su cruzada en mi entorno contra Ciudadanía.
- Pero no es contra tí, Negre, eso lo dejamos claro, que tú no eres la culpable de estas cosas -faltaría más, pensaba yo cuando les ponía buena cara.- Si es que el problema es que no nos dejan elegir.
Y yo, más de una vez, argumentaba los comentarios BOCM en mano, demostrando que un profesor sabe más del temario de su asignatura que papá y mamá:
- ¿Y no protestáis contra Sociales de 3º? Si no es por nada, pero gran parte del temario de esta asignatura se estudia en 3º de ESO.
Claro está, que la inmensa mayoría de las familias desconoce las cosas que sus hijos deben estudiar en Sociales. Total, como es una asignatura que no hay que comprender, sólo estudiar... Y por eso no saben que en la asignatura de Ciudadanía de 2º de ESO se estudian cosas tan manipuladoras como la educación vial, la solidaridad, las ONG's, las instituciones políticas de España, el funcionamiento general de la democracia en el mundo, la correcta alimentación y su relación con la salud, la historia y funcionamiento de la Unión Europea y los Derechos Humanos.
Que no me lo invento, que lo dice el Decreto sobre el currículo de ESO de mayo del 2007. Sí, es cierto, una minimísima parte del temario aborda qué es la familia y cuáles son los mejores valores para lograr una buena convivencia. Y es aquí donde ha estado saltando la chispa sobre esta asignatura todos estos años. Sin saber, entonces, que en Sociales de 3º de ESO los alumnos deben estudiar las instituciones políticas españolas y de la Unión Europa, la organización política del mundo, la comida saludable, las bases de un sistema democrático, el movimiento solidario y las ONG's. Y nadie ha protestado, oiga.
No manipula el temario, sino las editoriales, los autores de los textos escolares, y hasta el propio profesor. ¿O es que no se puede manipular al explicar las causas de la Guerra Civil Española? ¿Y cómo se puede -o no- explicar el avance nazi en la Europa de los años 30? ¿Y qué me dicen mis lectores sobre cómo abordar el largo periodo comunista de la extinta Unión Soviética? ¿Y el movimiento sobre el desarme? ¿Y las relaciones internacionales actuales? Ejemplos que pongo sólo de la asignatura a la que más años llevo dedicada. Y ya que estamos, ¿no hubiera sido más provechoso que esa hora que perderemos en explicar más de lo mismo a los adolescentes se hubiera invertido en una hora más de Historia en 1º de ESO? ¿O en una asignatura de motivación a la lectura?
Espero que el nuevo sesudo ministro incluya en la reforma cosas tan poco manipuladoras como pensar qué hacer con los alumnos que no quieren estudiar y tienen que estar calentando silla, o con los pasos de curso con doce o catorce suspensas, o con la escasa valoración social del profesorado, o con el abandono escolar más alto de la Unión Europea -esa de la que hay que explicar su historia e instituciones-, o con los escasos conocimientos en Matemáticas y Lengua de nuestros jóvenes, o con las desconsideraciones de las familias hacia la labor de los profesores. Cosas así, vaya.
Mientras tanto, me parece a mí que vamos a tener mismos perros, con distintos collares...