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Yo, el cuento

Publicado el 02 enero 2012 por Laguarida
(por Fernando Rubio Pérez)Hola, me llamo Skátolog, y soy un cuento huérfano, sin escritor. Pero noes para llorar ni nada de eso. Como no tengo quién me escriba, me escribo yo ami mismo como quiero.Bueno va, voy a contarme. Hm… Resulta que yo era un cuento de un príncipeque se llamaba Alexander, pero todos le llamaban Laxandter porque siempreestaba que se iba. ¡Ah!, y era en un país lejano y hace mucho, muuuucho tiempo,y todo eso. Y resulta que llega la navidad y se pone a nevar a cascoporro. Y losniños paislejanienses preparan un muñeco justo delante del palacio del príncipeLaxandter, con zanahoria, escoba, botones y toda la mandanga. Entonces un día,al príncipe le da un apretón y... ah no, no, primero fue a ver a una princesay…  bueno espera que me está dando elapretón a mí. Ahora vuelvo.Ya estoy. ¿Por dónde iba? Ah sí, entonces el príncipe Laxandter le estabadando unos morreos a la princesa Paloma (a la que todos llamaban Palomina porno sé qué cosilla marrón). Y, justo antes de la monta, ahora sí, va el perrino yle empieza a asomar el hozico. Ante tal emergencia, deja a la princesa Palominaahí, toda ella jadeante, y se va detrás del muñeco de nieve adoptando la posiciónde decúbito cunclillus y, como se aburría por la prolongada evacuación de tanlongo chorongo, se dedicó a comerse la zanahoria del muñeco y así, de paso, fuerellenando el vacío. Concluida la cuestión, el príncipe repuso, con lo primeroque se le ocurrió, la ausencia de la anaranjada hortaliza en el careto delmuñeco de nieve.Y ya no sigo contando porque, ¿sabéis qué pasó? Pues resulta que un niñomuy pobre que pasaba mucha hambre y tal, se enteró que los otros niños habíanhecho delante del palacio del príncipe un muñeco de nieve con zanahoria. Y,como siempre fue pobre y sólo comía sémola, no sabía exactamente cómo eran laszanahorias. Vamos, que se le juntó la hambruna con la ignorancia y, mira, devedad, aquello fue…, bueno, bueno, tan asqueroso que mejor lo obviamos, ¿eh?Así que venga, colorín, colorado, este cuento, osea yo, he acabado.Fin de mi mismo. ¡Ah! Y cuando el príncipe volvió, la princesa ya no estaba. Debió calzarseuna trucha o algo de eso y se fue. Venga, lo dicho.

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