Yo hacía construcciones con Lego.

Publicado el 09 septiembre 2010 por Negrevernis
Cuando yo era pequeña mis padres me regalaban con cierta frecuencia cajas de piezas del Lego. Imagino que lo harían de forma temática: los coches, la casa del campo, los piratas,..., más o menos como hago yo ahora con Niña Pequeña, pero mi recuerdo en realidad es el de hacer casas y casas: muros sin tejados donde cobraban pequeñas vidas los muñecos del juego, transformada la gran plancha verde del jardín en la moqueta de un inmenso salón y las batientes azules de las persianas en periódicos ordenadamente colocados en minúsculas estanterías.
Hoy volvía de comprar y he visto una hilera de casas junto al río, allí, donde el-frutero-de-toda-la-vida tenía su tienda justo antes de jubilarse. Y allí estaban mis casitas de Lego, hechas realidad, con su entrada principal en arco blanco y todo: de realidad sus cuatro paredes en ordenados cuadrados y rectángulos y sobre la plancha verde de un minúsculo jardín, dos ventanas en cada pared, verja entreabierta y el visillo de colores como aquel trocito de tela que mi madre sacaba de su costurero para rematar mi casita de piezas. Como si se hubieran perdido sus diminutos pivotes verdes, las flores descansaban -uno, dos, tres, cuatro perfectos pétalos- directamente sobre las puntas de las hierbas.
Las cosas han evolucionado, claro, y Niña Pequeña aprovecha ahora sus piezas de Lego para hacer castillos a sus muñecas. Pero con cuatro paredes marcando su cuadrado y una puerta batiente de celo y cartón.