Cuánto habrán oído y leído ya sobre los recortes, sobre las (antes) ocultas maneras de llevar hacia la privatización a la educación y la sanidad públicas, con espurios pretextos y justificaciones incompletas. No quiero caer en el pesimismo, no quiero ser fatalista, pero la cosa pinta mal. He salido a todas las manifestaciones. Hoy es el día del trabajo y el paro no deja de aumentar. Me duele cada noticia sobre los recortes. Y tengo que soportar a los desgraciados del FMI diciendo que, como ha aumentado la calidad de vida, vamos a tener que tenerlo en cuenta porque (menudo fastidio) habrá que pagar más pensiones. Tengo que aguantar que recorten en ciencia, dejándonos sin investigadores ni futuro. Tengo que soportar que mi entorno vaya quedándose en el paro sin perspectivas de un trabajo. Tengo que ver con temor cómo se acerca el final de mi contrato. Tengo que empezar a pensar que este país me ha defraudado y que, en el fondo, tenemos lo que nos merecemos. Eurocasinos y turismo. Sí señor. A aquellos que creen que con estas medidas se soluciona algo les pido que abran los ojos. Había otra manera de hacerlo. Hay otra manera de hacerlo.
Mientras, los banqueros y sus acólitos, los políticos y sus acólitos, los grandes empresarios y sus acólitos, todos seres humanos como el resto, no tienen que soportar que sus amigos se queden en el paro. No tienen miedo a quedarse sin contrato. No temen romperse una pierna porque tienen seguro privado. No temen la ignorancia porque sus hijos irán a buenos centros privados. A todos les maldigo. Por su falta de solidaridad, por su exceso de egoísmo. Les maldigo. Y lo hago con la peor de las maldiciones: ojalá algún día te encuentres en la más profunda de las miserias… Pero qué digo. Su miseria moral ya es insuperable. Si realmente creen en lo que están haciendo, son unos pobres ignorantes. Si lo hacen sabiendo que no va a funcionar, son unos vendidos. Si no saben ni lo que están haciendo, son unos desgraciados. Y si lo hacen de manera totalmente consciente… yo les maldigo. Yo, les maldigo.