El Negrevercarruaje frena a medias porque el semáforo previo no suele ponerse en rojo, a menos que un peatón decida cruzar a la mitad de la acera de enfrente, que sólo tiene asfaltada una parte y el resto es gravilla y arena. Ahora, además, hay un medio parque con bandera nacional incluida, que no es para niños y por eso no llega a ser parque del todo. Por la calle lateral se iría, si se pudiera, a la mitad de la biblioteca pública, que la otra mitad está a medio kilómetro, bajando por el puente que no pasa por encima de ningún río, sino por una parte de la autopista de la mitad de la península.
Y es por eso, claro, que la señales de tráfico en esa esquina también están a medias. Para entendernos poco a poco, sólo con un hemisferio, frenando el coche con la mitad del cuerpo y pensando -a medias- cómo nos iría si prohibiéramos del todo...