Yo no vivo aquí

Publicado el 31 enero 2013 por Migueldeluis

Yo no vivo en twitter

Yo no vivo en ninguna red social

Yo no vivo en ningún foro

Yo no vivo en ninguna lista de correo

Yo no vivo en la página de ningún periódico

Yo no vivo en ningún blog

Yo no vivo aquí

No sé si os habrá pasado lo que a mí. Haces un comentario, te responden, respondes y de pronto, sin haberlo pretendido, te encuentras atrapado en una suerte de tertulia + debate * diálogo de besugos = se te hacen las once de la noche. Te ha quedado la cabeza embotada, cansado y hasta enfadado mientras que no sabes muy bien de qué habías estado hablando. Lo único que tienes claro es que era una materia, importante en la que tenías que dar tu opinión.

Pero, ¿puedes convertirte en el activista de todas las causas? ¿O debes convertirte en, perdonad que hable en francés, idiota, discutiendo hasta la extenuación cómo se aplica una regla de wikipedia?

O no sé si os ha sucedido que un tipo te responde, a veces con un ensayo cortado y pegado de Internet, otras con diez mil palabras de su propia cosecha y te exige que respondas a todos y cada uno de sus argumentos.

Hubo un tiempo en que esas eran mis tardes.

Pero, como decimos en Canarias, en una locución que implica resolución inquebrantable: más nunca.

Más nunca; tengo –literalmente, mejores cosas que hacer que empeñarme en un debate diario. O en “construir una presencia online” en todas las redes y medios de Internet. No es solo que me es imposible. Es que yo no vivo en Internet. Y si viviera debería dedicar mi tiempo a cosas que ofrecen más a los demás que una re-edición de algunos de esos debates televisados a 20 bandas entre 20 pseudo-expertos de todo y de nada.

Ni siquiera vivo en mi blog. Mi blog va después mi vida. Mi blog va incluso después de los artículos que escribo y desde luego es menos importante que las personas que me leen, o las personas que encuentro donde realmente vivo.

Por eso procuro no pasarme de un artículo al día. Por eso intento ser breve. Por eso evito adornos innecesarios o asignarme un número mínimo de palabras o jugar al auto-bombo y platillo por todas las redes sociales. Ni pretender estar conectado todo el día o asignarme a mí mismo labores que puedo encargar a un programa. Tengo que leer, tengo que vivir y tengo que escribir.

Yo he vuelto a mi casa.

Yo no vivo aquí.

Foto cc de Brian Smithson (Old Geordie)

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