Si no te caigo bien pues lo siento mucho y de corazón, pero no voy a cambiar o disimular lo que soy tan sólo para agradarte.
Lo digo porque en más de una ocasión me han comentado que cómo se me ocurre hablarle a mis jefes de mi blog, que estoy loca porque vendrán a cotillear seguro... Y digo yo, ¿y qué, si lo hacen? No tengo nada que ocultar: jamás he hablado mal de mis trabajos o mis jefes aquí, igual que no suelo criticarles fuera del ciberespacio. Cuando tengo algo que decirles se lo digo en su despacho, y no en mi blog. Es como el que se crea dos perfiles en facebook: uno personal, y otro profesional. ¿Es que cuando trabajas no eres tú mismo? ¿Es que fuera del trabajo no eres formal?Además, Una de Rizos... es parte de mí. Aquí escribo lo que pienso, y lo que pienso es lo que soy. No creo que nadie que me conozca mínimamente se sorprendiese al leer mi blog y tampoco creo que tenga que avergonzarme por nada de lo que haya escrito nunca. Es más: me gusta mi blog, creo que le pongo ganas y esfuerzo y que debo sentirme orgullosa porque, a pesar de ser bastante chorra y estar lleno de tonterías, por alguna razón le gusta a la gente que me lee.
No sé, creo que nuestros blogs son parte de nosotros. El miedo a que tus conocidos lo descubran demuestra que tienes cosas que ocultar y un miedo atroz a mostrarte vulnerable y ser tú mism@, y francamente yo prefiero que se sepa cómo soy antes que tener que pasarme la vida disimulando y fingiendo.
Ojo, dejo aparte esos blogs anónimos que todos nos creamos en alguna ocasión para escribir tan sólo para nosotros mismos... que son otra cosa distinta a tu blog principal, al de toda la vida, por el que te conocen en la bloggsfera. Ese blog eres tú.
Y a quien no le guste, que no comente.
