Quise olvidarte, trate, pero tu dolor es un corte de venas que cuando sana me reconforta. Tu recuerdo se transformo en mi droga, tu sonrisa en mi salvación, nuestras noches en la cura. Yo en mi enfermedad y mi cura, yo y vos pero yo solo mientras vos seguías. Y creo que hoy te sigo igual que antes, en la sombra.
Me doy cuenta que cuando salen las palabras estoy desempañando el vidrio para verme más adelante. Para leerme más adelante y entenderme con mas precisión. Eso vos me lo enseñaste pero nunca lo vas a saber. Tu recuerdo mío es el de un nene, me gustaría que sepas el hombre en que me convertí ahora. Yo, este hombre. Y eso no va a pasar.
La verdad que te use, te use y mucho. Merecí todo lo que siguió, creí ser un lobo y termine siendo una oveja. Estuviste bien. Al final te ame, en serio, te ame y a veces me pregunto que es de tu vida aunque con algunos detalles alcanzo a saber que te moves en un círculo vicioso, que estás dando vueltas. Que no te queda mucho tiempo, que si no tenes un plan b bajo la manga vas a terminar en la calle a los 40, en un cyber o atendiendo un puterío.
Y si me acuerdo cuanto te quise, me hace mal verte donde estas parada. Y creo que sigo siendo oveja, después de todo vos no sabías que yo te use e igual me mentiste. Me mentiste y me usaste. Las relaciones no siempre son recíprocas. Estuvimos bien.
Éramos como un rompecabezas que le faltaba una pieza, éramos dos buscando algo mas, ni vos ni yo sabemos que todavía. Pasaron años y recuerdo esas tardes tan vivas, tan llenas de vida. Las escapadas en colectivo, tus piernas, el hombro que yo te daba, los hoteles de domingos por la tarde, tus ojos y tu manera de no entender lo que yo si entendía y no podía (no quería) explicarte.
Tu voz contándome cosas siempre me supo a cambio, a rebelión, a que hoy estaríamos en otro lado disfrutándonos sin angustias. Y si, estas en otro lado, ficticiamente como siempre imaginando un mundo mejor, con otro, convenciéndolo con tus encantos.. y tu marido sin preguntar nada.