Yo ya sé nacer, hube nacido.
Que me perdone mi colmena,
que sea mi hocico el interrogante,
que me preste la cueva su abajo,
que mi espiga mutile
al menos dos trigos
!
Yo ya sé nacer, hube nacido.
Despacio moví el cráneo, el visible;
mi uña detuvo la espora, la azulada;
y salió, así, un nudo a tal hora
en el mismísimo cauce
!
Yo ya sé nacer, hube nacido.
Desnudo y bárbaro, perro arriba,
a dos pulgares de distancia,
a gritos pares de la raíz,
a medias de ahogarme en el palo,
en su fatiga
!
Yo ya sé nacer, hube nacido.
Acalambrada la noche
donde las lunas estallan
y las sogas umbilicales
callan de amor todos sus dientes
!
Yo ya sé nacer, hube nacido.
Y también sé morir
aunque sea otra costumbre, otro olvido,
aunque no me den de sí ninguna de mis frentes,
aunque no me den de no cualquiera de mis espaldas:
yo siempre acuno mi dolor en mi sombra solo
!
Ilustración: Johann Fournier, http://www.ether-elegia.com