Cuando Adriana publicó el día 9 de enero por What´s App que Bauman había muerto, mi respuesta fue una pregunta: ¿estaba enfermo? Ni por asomo inferí que los 91 años del creador de la expresión modernidad líquida habían hecho mella; cuesta acostumbrarse a la acción de las Moiras y su incidencia en el hilo del Destino de los mortales comunes y los maestros, pese a su sabiduría, no constituyen una excepción al respecto.
Bauman conocía por vivencia propia la experiencia de resultar un extraño, porque su nacimiento en Polonia en 1925 lo obligó a emigrar a la entonces Unión Soviética para escapar de la amenaza nazi. Retornó a su país natal a mediados de los años ´50, pero debió exiliarse nuevamente cuando los sucesos posteriores a la crisis polìtica de 1968 o Aliyá desataron en Polonia una feroz persecución antisemita. Atrás quedaban su militancia en el Partido Comunista y sus cátedras de filosofía y sociología en la Universidad de Varsovia.
Pese a haber padecido persecuciones basadas en su origen, fue recién en el año 2003 cuando a partir de la historia personal de Janina, su esposa, Bauman se introdujo en la herida abierta del Holocausto dirigiéndose, según sus palabras, a “la gente corriente que lucha por ser más humana”. Porque a pesar del tiempo transcurrido, las ciencias sociales habían fracasado rotundamente para explicar el fundamento de las razones que posibilitaron la expansión del horror.
Así en Modernidad y Holocausto Bauman encuentra en el bifrontismo una posible respuesta a su búsqueda respecto de la posiblidad de existencia de un acontecimiento escrito con sangre que por su inmoralidad resulta inolvidable: el rostro amable moderno posee su contracara, un aspecto siniestro encarnado en el mal que no es ya metafìsico, sino producto del distanciamiento moral ante la evidencia del dolor ajeno.
Y así como la contracara de la modernidad posibilitó el Holocausto a partir del miedo al extraño representado en Alemania por los judíos, la situaciòn actual respecto de los inmigrantes sustentada por un miedo similar se enfoca dentro del concepto de seguridad, alimenta prejuicios y encuentra su correspondencia en el terrorismo: una vez más la distancia moral respecto del extraño prevalece sobre la condición humana y el desenlace, si bien incierto, no resulta en modo alguno prometedor.
Bauman murió en Leeds, habiendo alcanzado en el año 1990 el título de profesor emérito de la universidad de dicha localidad inglesa. Su posición radicalizada contra la polìtica israelí en las franja de Gaza y Cisjordania lo hicieron acreedor de críticas fulminantes; lejos de amilanarse, asoció la barrera cisjordana a los muros del gueto de Varsovia y acusó a Israel de promover acciones tan exentas de humanidad como las que se verificaron en el curso de la Segunda Guerra Mundial.
Agudo, coherente y preclaro, Zigmunt Bauman se ha ido con un legado que comprende 57 libros y algo más de 100 ensayos, no sin antes advertirnos acerca del miedo líquido e impreciso que genera en los individuos una modernidad sin raíces acechada por extraños. Reflexionar acerca de estos conceptos en alguna oportunidad constituye un mínimo agradecimiento a su esfuerzo.
Hasta pronto, don Zigmunt, y muchas gracias por todo.
La fotografía corresponde a una de las imágenes del sociólogo que se encuentran en internet.
Choker
Aùn cuando la destrucciòn de sus imágeness y de los documentos que remitían a la ejecutada soberana obligó a los historiadores a realizar un esfuerzo para reconstruir su vida, esplendor y declive, la historia de Ana Bolena ha llegado hasta nuestros días como un símbolo del caracter efímero del poder femenino en tiempos patriarcales.
El famoso retrato expuesto en National Gallery ha sido cuestionado en investigaciones recientes por cuanto la imagen no guarda similitud con una medalla de bronce que se encuentra en el Museo Británico, resulta original del siglo XVI y sin dudas la efigie representa a la seductora reina. Ahora bien, esta imagen sí guarda correspondencia con un retrato femenino que se encuentra en Nidd Hall, en el que la protagonista luce también un collar que circunda la garganta luego decapitada de quien sería la verdadera Ana Bolena.
A ras del cuello como homenaje a aquella mujer que desafió convenciones, o bien rodeando la garganta como aquellas jóvenes que en época de la Revolución Francesa ataban una cinta en memoria de sus seres queridos decapitados, el choker ha regresado para quedarse: algo más que un ornamento que remite a significados profundos en el inconsciente colectivo femenino.
El choker de la fotografía ha sido diseñado por Abemus.
Los señores Roger y Gallet no eran meros improvisados en la cuestión, ya que ambos poseían dotes de perfumistas y tradición boticaria. La destilación de aceites esenciales y el empleo de selectas especies herborísticas dieron como resultado aguas perfumadas de calidad y distinción inigualables, concebidas para brindar con su empleo armonía y bienestar.
Eau des Bienfaits es un agua hidratante cuyo aroma se inspira en los jardines italianos y remite a la naranja sanguina, a cítricos como el limón, a la bergamota y a la madera de cedro combinadas con un toque de aloe vera y ácidos frutales para lograr el efecto hidratante: el resultado es tan delicioso como dinamizante.