Ilustracíón cortesía de Francisco Miñano Pellicer
También conocido por el sobrenombre de "El mirlo negro", debido al color de piel y su habilidad para el canto y la música, fabricó su propio laúd con las características adecuadas a sus necesidades artísticas, añadiéndole una quinta cuerda. Además lo tocaba con una uña de águila, en vez de con el habitual plectro de madera.
Ilustracíón cortesía de Francisco Miñano Pellicer
Se dice que, entre otras cosas (como modas a la mesa, en el vestir y en el peinado), trajo a Europa Occidental el primer juego de ajedrez, hecho que también se refleja en la trama de "Mursiyya - El talismán del Yemení" cuando enseña a jugar al protagonista de la obra.Ilustracíón cortesía de Francisco Miñano Pellicer
Incluso traería recetas que aún se mantienen hoy en día, como la del Ziriabí (nombre que, como el lector ya habrá adivinado, se deriva del del protagonista del artículo de hoy: Ziryab).Por cierto, tal fue su importancia en la sociedad del siglo IX que en una plaza de Córdoba hay un monumento dedicado a él.
Otros personajesOtros personajes asociados a Ziryab y que intervienen en mayor o menor medida en la trama de la novela serían los siguientes:
Harún al-Rashid y Zobeida
Harún al-Rashid fue el quinto califa de la dinastía abasí de Bagdad. ¡Y el más famoso! No en vano fue inmortalizado en la famosa obra "Las mil y una noches" junto a su esposa Zobeida, entre otros.
Se cuenta que un concierto de Ziryab ante este gran califa fue la causa de que el "mirlo negro" acabase llegando a la península ibérica. Los detalles de esta historia se encuentran detallados en "Mursiyya - El talismán del Yemení", contados por el propio Ziryab a nuestro protagonista durante un viaje a Córdoba.
Ishaq al-Mawsilí
Ishaq era músico y fue el maestro de Ziryab en la corte bagdadí. Era, de hecho el favorito del califa anteriormente mencionado, hasta que ciertos sucesos que descubriréis en "Mursiyya - El talismán del Yemení" pusieron en peligro su posición. No podemos hacer spoiler.
Gazlán y HonaidaErán dos esclavas del harén del califa Harún al-Rashid. Con la ayuda de estas concubinas nuestro querido Ziryab componía algunas de sus mejores melodías.
Abul Nasr Mansur
Fue un músico judío que vivía en Cordoba y que intercedió ante el emir al-Hakam I, convenciéndole de que invitara a Ziryab a establecerse en al-Andalus.