A veces bajo la niebla me puedes escuchar, un silbido, un canto, muerta de frio y con la mirada pérdida sin más. Siento los pies humedos y pesados. Canto para no llorar.
Pero aunque no lo notes, la vida ha tirado sus cartas. Ya nada volverá a ser igual. Cada vez que te despiertas, cada dia nuevo, el tablero organiza su danza otra vez. No te desvies, aunque el viento hiele la sangre. No te desvies, todavía puedes ser grande.