Revista Talentos

Actores perfeccionistas Vs. actores creativos

Publicado el 25 abril 2018 por Premiere Actors @PremiereActors

by martinak15 via flickr

Los que somos perfeccionistas, estamos muy orgullosos de serlo. El perfeccionismo, al fin y al cabo, es lo que nos permite mejorar día tras día. Tenemos una gran capacidad de autoanálisis, y esto nos permite no conformarnos con lo que hacemos; Aspiramos a la excelencia.

Pero si no innovamos, no probamos, no investigamos y no arriesgamos por miedo a cometer errores… entonces nos convertimos en actores en automático.

Por tanto, ¿dónde encontramos nuestro punto dulce, el correcto equilibrio entre perfeccionismo y creatividad? ¿En qué deberíamos centrarnos como artistas que somos?

Los extremos no son buenos

Si eres perfeccionista extremo, no sueles acabar las cosas, porque piensas que lo que haces siempre podría estar mejor. Acabas dedicando a todo más tiempo del necesario y a menudo caes en la famosa trampa de la “parálisis por análisis”:

  • Las situaciones que no están bajo tu control, como las pruebas de casting o audiciones, a menudo te bloquean, y si no te salen tan bien como esperabas, no paras de darle vueltas y castigarte por ello. En vez de pensar en la siguiente prueba, te quedas estancado con la que acabas de hacer.
  • No envías tus fotos o videobook porque nunca consideras que sea lo suficientemente bueno. Además, piensas que tu currículum nunca acaba de mostrar suficiente experiencia profesional, por lo que siempre esperas a otro momento mejor para, por fin, escribir a ese representante que tienes pendiente desde hace tanto tiempo.
  • No haces más contactos porque consideras que, cuando alguien es mejor que tú en la profesión, no tienes mucho que les puedas aportar y te consideras un fraude (“el día que sea tan bueno en el trabajo como esta persona…, quizá…”). Apenas se te pasa por la cabeza que esa persona una vez estuvo en tu situación y que tu eres tan profesional como ella, aunque tengas menos experiencia.
  • Si solo aspiras a la excelencia y no llegas casi nunca al punto donde te gustaría estar, es cuando te desmotivas, te frustras y acabas desistiendo. Esto no es para ti, piensas.

Del mismo modo, tampoco es bueno dejar de lado tu lado perfeccionista y centrarte solo en crear:

  • Tienes muchas posibilidades de perder el foco. Hoy haces esto, mañana aquello… Ese pequeño caos y falta de disciplina hace que al final te disperses y no acabes cumpliendo tus objetivos.
  • Cuando te vienen muchas buenas ideas a la mente, al principio te da un subidón, pero luego y no sabes por dónde empezar y cómo organizarlas. Tener tantas ideas hace difícil identificar cuál es la mejor. Por lo tanto, pierdes la perspectiva y en ocasiones se traduce en falta de calidad en tu trabajo.
  • Si haces cambios de última hora en algún aspecto de tu personaje que ya estaba fijado en los ensayos de tu obra, o si haces cada toma de una escena de una manera diferente sin avisar, desestabilizas todo a tu alrededor. Ten en cuenta que no a todo el mundo le gusta improvisar. Formas parte de un equipo y el trabajo de los demás se vuelve mucho más complicado con cada uno de tus cambios espontáneos, por lo que siempre debes jugar dentro de unos límites, y tener muy claro cuándo te puedes salir de los establecido y cuándo es mejor que no. ¡Para que no te cojan manía!

¿Por qué lado de la balanza nos decantamos?

Perseguir la perfección, como ya hemos comentado, hace que seamos más productivos, eficientes y nos acerca a la excelencia.

Es nuestra educación, desde pequeños, la que premia la perfección y castiga los errores. Se dice que todos los niños nacen artistas, pero a medida que vamos haciéndonos adultos, nuestra creatividad se ve más y más reprimida. En definitiva, se nos enseña a ser perfectos.

Por tanto, si la balanza se va inclinando cada vez más hacia el lado del perfeccionismo, ¿no crees que ya va siendo hora de que nos centremos un poco más en ser creativos y en explorar? De esta manera podremos reequilibrar la balanza.

Como artistas que somos, sin duda necesitamos la creatividad. Por fortuna, tenemos una profesión muy humana, que se basa en las emociones y en las sensaciones.

Así como el público no siempre reacciona igual a lo que le ofrecemos, los actores tenemos el gran privilegio de ser capaces de adaptarnos al momento, de improvisar y de ser espontáneos cuando lo necesitamos.

La creatividad no se basa en hacer algo bien, sino en darse la libertad de jugar, de innovar, de cometer errores. En la creatividad no existe la respuesta correcta.

A través de la imaginación descubrimos cosas nuevas, nos reinventamos, encontramos la manera de crear nuestro propio trabajo sin esperar a que alguien llame milagrosamente un día a nuestra puerta.

Y, lo mejor de todo, aprendemos a creer en nosotros mismos. Aceptamos que los errores son solo parte del juego.

Si no nos permitimos cometer errores, no tendremos anécdotas que contar… Porque las anécdotas son siempre resultado de lo inesperado.

¿Qué opinas tu?

Si te ha gustado este artículo, compártelo en tus redes sociales y suscríbete gratis a nuestro blog.


Volver a la Portada de Logo Paperblog

Revista