Revista Diario

Capítulo uno (segunda parte)

Publicado el 02 agosto 2010 por 4nthony192
Capítulo uno (segunda parte)A estas alturas, no puedo negar que todavía te quiero, quizá por eso te escribo esta misiva que, en el mejor de los casos, nunca leerás. Y porque, haciendo a un lado el rencor y el despecho, nunca antes pude escribirte con tanta pasión sino hasta hoy que sé que ya no estarás más para mí. Escribirte una vez más significa que no he dejado de pensar en ti. Eso sí, con tristeza y desasosiego. Pero eres tú quien me motiva, quien se entromete en mi vida inclusive sin estar presente. Quien se apandilla con mis sentimientos para asaltarme en la esquina, para robarme el alma y, prácticamente, obligarme a escribir todas estas noches como un lunático.
Reconozco que soy una persona atormentada por el pasado y que me ha costado incluso perdonar a mi padre por las ofensas y ridiculeces a las que me sometió de niño. ¿Sabes? Nunca te lo he dicho antes, te pareces a él. Sólo que a ti no te perdono.
Ay Lucía, querida y ajena Lucía. Ya no volveré a repetirte “mi princesa”, porque sé que serás la princesa de alguien mejor. Me he resignado a esa suerte y la acepto con humildad. Desde que se desataron todos estos eventos desafortunados, supe que yo no era el indicado para ti. Había mejores candidatos, desde aquél momento pasé a ser el esperpento, el metiche, el villano que se interponía entre el amor de la princesa y el verdadero príncipe azul. Quizá algún chato simpaticón de por ahí… Actué como un egoísta cuando, muy a pesar de todo, quería que sigas conmigo. Hoy lo entiendo mejor; comprendo que el amor, como dice la Biblia: "no busca lo suyo", y yo no fui leal al amor que aseveraba sentir.
Recuerdo que, en muchas oportunidades, te pedí una chance. Una sola y te iba a hacer feliz como nunca lo habías sido antes. Te lo pedía como si de aquello dependía mi vida (y así era, me tentaba el suicidio). Literalmente mi cuerpo temblaba y mis noches se parecen un poco a las de hoy, de aberrantes insomnios, sin poder conciliar el sueño por la impaciencia de saber que te había perdido de la manera más obscena e indigna.
Desde entonces no he vuelto a confiar en ti. Si bien es cierto, Lucía, me diste una oportunidad y conseguí recuperar tu cariño, yo había terminado mal herido, desangrándome por decirlo menos, muriendo de a pocos. Lamentablemente no reparaste en mis heridas y creíste que el hecho de saberte a mi lado de nuevo era lo mejor que me podías ofrecer. Y lo fue, pero abusaste de mí y me criticabas hasta la desesperanza. Querías hacer de mí el hombre de tus quimeras. Me obligabas a actuar de maneras que me avergonzaban en público, como ir al gimnasio para bajar de peso y sacar cuerpo, usar ridículos pañuelos en vez de mi huachafo papel higiénico, caminar con el mentón levantado, entre otras cosas. Se trataba de una larga lista de particularidades con las que tú soñabas al hombre de tu vida que, obviamente, yo estaba lejos de parecerlo. Pero me esforcé y acaté a cada uno de tus antojos porque no iba a volverte a perder por estas idioteces.
Me esforcé por ganarme tu cariño. En un inicio todavía tuve que competir contra tu pequeño amigo y, cuando él ya no estuvo más porque se rindió y viajó a Trujillo a ver si lo echabas de menos, competí en contra de su sombra, de otros posibles canallas que, con un discreto atisbo de caballerosidad, arruinarían mi felicidad, nuestro amor del bueno.
Pero la verdad es que amor del bueno ya no hubo. No volví a confiar en ti. Me volví celoso y la inseguridad me asechaba en cada instante. No lograbas comprender por qué reaccionaba de modo tan indecorso frente a tus amigo Justo, y por qué me lamentaba saberte cerca de otros chicos que querían contigo a pesar que tu me confirmabas tu cariño hacia mí. No me entendías porque sólo te importabas tú, porque no te daba la gana de pensar en mis sentimientos. No me entendías porque, tal vez, también sospechabas que yo no era el indicado, que era el monito intentando vestirse de seda para caerte bien, para parecerte algo mejor que un mono salvaje y peligroso. Y sí, a lo mejor soy salvaje, y no hay mejor prueba que esta carta, Lucía, esta carta que te retrata mal, que te pinta como una granuja, como la bribona que no eres. No es justo que hoy, que ya no me gustas, llores todo lo que lloras porque te arrepientes, según tú, de haber actuado de una manera tan despótica. La última vez que nos vimos (antes de venir a vivir a esta ruinosa casa y de aislarme del resto del mundo) me dijiste que yo era todo lo que tú quieres, que fuiste una tonta, que no me supiste valorar, me rogaste que volviese contigo porque me amabas incondicionalmente. Maldita sea, Lucía, por qué ahora. Por qué cuando ya no quiero nada contigo. Por qué ahora si hace mucho tiempo que me he quitado la seda y soy un mono feo y cagón.
Ódiame Lucía, ódiame porque te estoy matando en esta noche. Ódiame porque hoy te he insultado, porque hoy te he sido infiel con mis líneas. Ódiame con todas tus fuerzas. Ódiame, favor. Ódiame… demónios, ódiame. Te quiero, y quiero que me odies… Te quiero y quiero te me olvides… Te quiero y quiero morirme de una vez porque, en el fondo de mi perturbado espíritu sé, que no podré volver a amar a nadie más.
Adiós gordita,

Antonio Bardales
Respiro. Me seco los ojos con las mangas. Agito los brazos y juego un poquito con mis dedos haciendo puños y abriendo las manos. Me enternezco con la laptop, mi fiel compañera, mi amiga del alma. Intento dejar de llorar. Necesito un abrazo de ella, escuchar el susurro de sus labios diciéndome que nada ha sucedido, que ha sido un mal sueño, que ya puedo despertar. Cierro los ojos que no me han dejado de arder desde que llegué aquí, a mi destierro. Pienso que hoy estaríamos celebrando nuestro tercer año de noviazgo, es inutil pensar cuando te gobiernan las emociones. Después de muchos días vuelvo a encender el celular, los mensajes de texto y de voz comienzan a llegar. Quiero leerlos, pero me chupo. Lo vuelvo a apagar. De repente miro a través de la ventana y entiendo que el sol saldrá en cualquier momento. Es hora de dormir.

Volver a la Portada de Logo Paperblog

Sobre el autor


4nthony192 1 voto ver su blog

El autor no ha compartido todavía su cuenta El autor no ha compartido todavía su cuenta

Revistas