Revista Literatura

El nombre

Publicado el 10 agosto 2020 por Salvador Gonzalez Lopez

No sé porque extraño funcionamiento de mi cerebro siempre he tenido la tendencia a llamar a mi pareja actual con el nombre de la anterior. Así a la actual, Pili, a veces le llamo Marta, aunque la verdad que, gracias al autocontrol que consigues con la edad, me pasa pocas veces. A Marta le llamaba Rosi y eso ya pasaba bastantes veces, en el fondo creo que fue uno de los cientos de motivos por los que me dejó, aunque el mas importante, según ella, es que me olía en sobaco. Curiosamente a Marta no la llamé nunca Tana y no entiendo porqué, puesto que Tana fue una relación breve pero de la que guardo un recuerdo maravilloso. A Rosa le llamaba Leo, nunca Anón que era el mote familiar de Leo, y eso en unos recién casados no era una buena forma de empezar. Creo que Rosa no me lo perdonó nunca y menos, treinta años después cuando la dejé para vivir con Leo hasta su muerte.

Al ver que tenía este tipo de problemas llegue a la conclusión que tenía dos soluciones: o usaba el método Post-it, es decir ponerle una pegatina a mi pareja en la frente con su nombre, o la llamaba con genéricos: amor, cielo cariño. Pensando que lo del Post-it podía ser útil en la intimidad del hogar, siempre y cuando ella decidiese colaborar (cosa que dudaba) pero en absoluto lo sería yendo al cine, cenando en un restaurante o paseando por la rambla del Pueblo Nuevo. ... Pero eso tampoco es fácil, pues requiere concentración y estar atento, no solo de lo que dices sino que también, de como nombras a las personas y de vez en cuando se escapaba lo de Marta, Rosa o Leo (pero nunca curiosamente Tana o Fina, que era su nombre real).

Dentro de este marasmo de nombres propios actuales, nombres propios anteriores y apelativos cariñosos (aunque mas que cariñosos posamos decir que preventivos) la cosa fue tirando, bien que mal, hasta que el otro día a Pili, en uno de esos lapsos que aún tengo ocasionalmente le llame no Pili, ni cariño, ni cielo, ni amor, ni mi vida sino que le llame Laia. Yo creo que nos quedamos sorprendidos por un igual los dos, dado que ella, de alguna manera, ya estaba acostumbrada a que la llamase Marta, y yo, porque no sabía de donde había salido la palabra Laia. Conociendo a Pili sé que su primer pensamiento sería “esa Laia es nueva ¿quien ha de ser?”, pensamiento que confirme cuando me dijo

— ¿Quién es Laia?

Y yo le contesté con toda la franqueza del mundo, sabiendo que seguramente no me creería:

— No tengo la menor idea.

Ahí acabó la cosa por el momento, y digo por el momento porque volví a llamarla en mas de una ocasión Laia a lo que se acostumbró, igual que se había acostumbrado anteriormente a que la llamase Marta (por cierto nunca mas volví a llamarla Marta), y digo que acabó ahí la cosa hablando en términos de pareja dado que yo sentía una gran curiosidad, realmente una gran inquietud, con este tema.

Meses después estaba yo ordenando cajas de papeles (es una tarea recurrente en mi vida: por ejemplo dato los documentos y los ordeno según la fecha), y entiendo como papeles: cartas, postales, fotografías, apuntes de ingeniero, sellos, etc. Cuando encontré junto a las cartas de Rosa, de Stella, de Leo, de mi cuñado el Costa y de otros mas, unas cuantas, demasiadas cuantas diría yo, que eran totalmente desconocidas para mí. En un principio pensé que serían cartas que había recibido Rosa de soltera (hacía unos pocos años que había destruido unas cuantas de un novio que tuvo antes de conocerme, novio del que decía, en momentos de discusión conmigo, “Isaac si que me quería y me trataba de maravilla”, lo que seguramente sería cierto). ... Miré la fecha del matasellos de una cogida al azar y era de mil novecientos setenta, del veinticuatro de septiembre del setenta, época en la que aún salía con Leo.Abrí la carta y empecé a leerla:

"Hola Tore: ...Yo aún no sé la de revalida ¡Menos mal que yo no soy la única en ponerme nerviosa delante de un examen! ...Gracias por enviarme el carnet, así te podré mirar sin que me pongas nerviosa, aunque casi lo prefiero de la otra forma. ...Lo que hago aquí es lo siguiente: me levanto a eso de las 11, aunque por lo general me despierto a las 10. ...Si he de ir a comprar algo que le falte a mi madre y sino me pongo el traje de baño. ...Cuando ya son las 7 me voy a casa donde mi madre me pregunta por donde me he metido durante toda la tarde. ...

Conforme iba leyendo un gran nerviosismo se iba apoderando de mí. ...

"Hoy ha venido un matrimonio Holandés muy divertido. ...Nos ha dicho en “Holandés”, si es que aquello era Holandés, que era de Java pero que se había ido a Holanda desde hacía mucho tiempo. ...Luego han venido 2 suecos muy serios que sin pedir permiso a nadie, han sacado fotografías como Pedro por su casa. ...Lo han arreglado de forma que por donde yo veía ya no hay ni sillas, ni mesas ni nada. ...Con la de mas abajo te señalo donde antes había las rocas que tanto me gustaban, pero que ahora… ...

Todavía tembloroso busqué en el montón ordenado de cartas de Leo hasta encontrar una de fecha veinticuatro de septiembre del setenta. ...

"Hola Tore: ...Yo aún no sé la de revalida ¡Menos mal que yo no soy la única en ponerme nerviosa delante de un examen! ...

Cogí otra carta al azar entre las que supuestamente eran de Laia. ...

"Querido Salvador: ¿cómo estás? ...Te escribo esta carta para ver si con ella llego a salir un poco del cascarón. Me resulta difícil escribírtela porque no sé como empezar ni como darte una explicación a todo lo que está ocurriendo. ...Desde hace dos días no puedo dormir, me resulta imposible reconciliar el sueño, pensando en mi estado, en mi cambio casi imperceptible por mi. ...Solo siento que me hundo profundamente, y que como una pesadilla, todo es extraño, absurdo y lloro como una niña pequeña por sentirme sola en esa pesadilla en la que por todas partes hay enemigos que me acechan y que intentan echarme a un gran hoyo. ...Te quería y no podía soportar mas esa situación ya casi insostenible tanto para ti como para mi. ...Salí contigo y lo único que me importaba es poder dormir y ver el mar. De repente, me acaríciate el cabello y giraste el volante a la izquierda. ... No podía soportar verte llorar por algo que había hecho yo, un algo que, por otra parte, se derrumbaba cada vez que había un sentimiento. ... Me odie profundamente, y creo de verdad que no vale la pena que te preocupes por mi, ni que me quieras. Ya sabes, no sirvo para nada, frase idiota, pero también frase que puede expresar lo que siento en estos momentos. ...Después de un gran esfuerzo mental, luego viene el sueño y las pocas gana de hacer nada, hasta que vuelves a recobrar nuevas fuerzas. ...No quiero creer en nada porque siento su absurdo, salvo en momentos en que todo se va a rodar.Pero estos momentos son demasiado pequeños para poder vencer. ...

No me hizo falta buscar entre las cartas de Leo. ...

Busqué su nombre en Internet igual que había buscado hacía diez años el Leo.


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