Revista Talentos

Objetividad de Naturaleza.

Publicado el 27 febrero 2016 por Jamely @SirSturio
Eran chiquitajos, y se me quedaban mirando como yo a ellos, al Amanecer. Pero empecemos por el principio...
Un día de esos normales llega a tus oídos que se deja ver un gato en una especie de cochera, siempre los hubo allí, se colaban a lo "calentito" que da un refugio, sobre techo vamos, el caso es que no fue dificil vislumbrar que algo raro pasaba, pues bufaba al verla, que cosa que te quiera espantar un ser tan bello de "tu sitio", aunque era mas suyo que mío ya que hubiera dado su vida por quitarme del lado. Por tozudo que fui mas insistí en permanecer allí, y que me dejara ver que escondía en los adentros de aquella especie de cueva... esperé... y apareció una cosita tan cursi como que no dire que me pareció, aunque, que belleza y simpatía resoplaba, era Siamés, casi blanco, y muy pero que muy salao, no me veía por causa creo de que sus ojos no estaban desarrollados, y lo creo porque deben tener gran desarrollo para ser los ojos que captan el sonido como si orejas fueran, esto como detalle, pero una sorpresa grata fue que vino de reconocimiento, pues al ratito vino otro u otra no se, porque eran macho y hembra, eso lo supe mas tarde, bastante mas tarde. Despues lo "típico", le llevas comida a la madre que no te quería allí para que ahora si esperase tu venir a cada noche. Secreto que eduqué a la progenitora pero cada vez que hacia amago de coger un pequeñin salian como alma que lleba el diablo hacia su escondite que no habia manera de ir al quite, era pequeño el sitio y lo respeté.Se cansó madre de mi y los llevo a una Mimosa, literal, de esas que dan flores amarillas, al lado había, hay vamos, una cueva ideal pues no fue la única que los llevo a ese sitio. Y desde allí salían de su guarida y me veían, yo cada día fuí cobrando un sentimiento raro. Esa belleza gatuna me cautivó, y daban celos a quien se yo. Pasó tiempo y en esos de reloj, una de sangre por madre y padre, le fue a llevar comida y al intentar cogerlos le mordió tan adentro que hizo agujero en su dedo, daño si, pero esos chiquitajos eran salvajes. Despues no.
Volvamos al principio, nos mirabamos, no había seducción por ninguna parte pero si atracción de mi por el Ente. Color y forma en tal grado que era de agrado, un ser mágico que sin pretensión de gustar encandiló.Pensaba que era un bobo humano, por lo absorto de mi cara seguro, pero cambió poco de parecer al darle mi pensamiento de por qué daba la espalda al Astro Rey para mirarme a mi. Volteó su gesto para formar triángulo y formar una vista a tres bandas, Sol solo nos miraba, yo en silencio asombrado de un amanecer y por la Mágica, y ella, no es que no apreciara su entorno, entorno de Naturaleza, es que Naturaleza no posee creo, la opción de creerse bella, pues es ella. Por tanto un ser que forma parte, que es Naturaleza, no puede o no debe, no se, atisvarse lo extraordinaria que es, por eso La Mágica solo veía y escuchaba, o lo que es lo mismo; no puede por objetividad clamar semejante belleza.

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