Revista Diario

Recordatorio:

Publicado el 04 agosto 2018 por Lauraps

Recordatorio:
Vi cómo salías por la puerta sin mirar atrás, sin apenas un leve remordimiento. Habíamos vivido mucho tiempo juntos sin hablarnos, nuestra relación se había desgastado pero jamás imaginé que los momentos compartidos se irían disipando hasta ser olvidados por completo. Fui tras de ti por la puerta pero te veía caminando a través de la calle, mojada por la fuerte tormenta que había tenido lugar aquella misma tarde; llevabas esa maleta desgastada de la que siempre te quejabas en cada uno de tus viajes de negocios y volví a recordar esbozando una agradable sonrisa por qué no la tiraste en su momento: te la regaló tu madre antes de morir, era un pilar fundamental en tu vida y era lo único que te quedaba de ella...Con la cabeza gacha, desapareciste al torcer por otra calle cercana. Entré en casa y cerré la puerta tras de mí con un conglomerado de recuerdos que no me dejaban respirar con normalidad, aquellos que había perdido durante todos estos años. Nuestra primera cita, tan inocentes, no teníamos ni idea de cómo comportarnos en un restaurante lujoso, tratábamos de encajar, de caernos bien y tratar de encontrar gustos comunes, tan ingenuos... Creyendo que se acabarían nuestras dudas, nuestras pequeñas vidas Insignificantes... ¿Lo recuerdas?  _ Puedes casarte conmigo... - me dijiste, en medio de una tranquila cena en casa de unos amigos, tras decirte que mis compañeros de trabajo no me respetaban, que no soportaba a mi familia y que estaba cansada de encontrarme fuera de lugar. Querías que empezáramos una vida juntos, que lo compartiéramos todo - ¿Qué me dices? Estarías alejada de todo eso..._ ¿Estás seguro? - te miraba con los ojos como platos, no esperaba que algo así pudiese formar parte de mi vida - Creo que te has vuelto loco, ¿sabes?_ ¿Se supone que eso es un sí? Porque no me está siendo demasiado fácil... - te interrumpí dándote un intenso beso aclarando tu duda - Vale, ahora lo he entendido.Ese recuerdo se desvaneció y empezaron a salir de mí una serie de discusiones que formaron parte de nuestras vidas tras la boda, algo que no habíamos previsto, no nos conocíamos demasiado y habíamos querido dar ese paso enorme que cambiaría totalmente nuestras vidas sin siquiera cuestionárnoslo. Tú deseabas tener hijos pero a mí jamás me gustaron los niños, algo que empezó a separarnos cada vez más, era una especie de reproche que usábamos en cada discusión, era muy recurrente.¿Recuerdas en qué preciso momento empezamos a hacernos daño? ¿Cuándo dejó de tener sentido que intercambiáramos cualquier conversación? Viene a mi mente como si fuera ayer..._ Ya sabes que no puedo..._ No quieres, mas bien - estabas cabreado, decepcionado y algo cansado de insistir en lo mismo sin éxito - Siempre te ha dado igual mi opinión._ ¡Eso no es verdad!_ Nunca me quisiste de verdad, trataste de manipularme como a cualquier otro tío con el que saliste... ¿Qué esperabas? ¿Mantener nuestra relación sin cambios? ¡Sabías que quería formar una familia, siempre lo he dicho! - estabas realmente furioso conmigo, como si jamás fueras a perdonarme y así lo hiciste, sin avisar, sin retroceder, sin miramientos... -. _ ¡Tú también sabías a lo que te atenías casandote conmigo, ahora no te hagas la víctima con todo! - siguió una discusión bastante fuerte y terminaste durmiendo en el sofá indefinidamente -. Dejamos de hablarnos después de esto, cada uno vivía su propia mentira, nos aferrábamos a una unión que se había desvanecido. Jamás entendí tu postura hasta que, hace tan solo un par de días desde que te fuiste, el médico me dio la noticia más aterradora de todas: estoy embarazada. Aquello de lo que tanto huía, había venido a mí tras aquel polvo rápido detrás del sofá, tanto wisky no debió de ser bueno, se juntaron algunas sonrisas tímidas y la pequeña esperanza de que te quedarías en la casa que nos costó tanto construir para que fuese un hogar. ¿Por qué no vuelves? ¿Por qué no empezamos de cero? Era mi último intento, la única oportunidad de redención tras tantas humillaciones absurdas y tanto odio acumulado. Quizá es demasiado tarde, quizá no vuelvas nunca y tan solo tendré un recordatorio para toda mi vida, el cual, me hará que estés presente sin ver tu cara, el ser que está en mi vientre se encargará de ello. ¿Besos? ¿Abrazos? Las despedidas no son lo mío, me aterran tanto como las arañas, tan solo quería decir algo antes de que el silencio me respondiera por ti, ya ni siquiera recuerdo cómo era tu voz... ¿Volveré a oírla alguna vez? 

Volver a la Portada de Logo Paperblog

Sobre el autor


Lauraps 15 veces
compartido
ver su blog

El autor no ha compartido todavía su cuenta

Revista