Revista Diario

Una partida de ajedrez en el lejano Oeste

Publicado el 23 agosto 2014 por Fanaticoe4

 Hola hola, Estamos en el salvaje Oeste, en un pueblo en un pueblo en algún lugar de Arizona, está anocheciendo, a lo lejos se escucha el bullicio de la cantina, lugar de reunión en el pueblo a caer la noche, único sitio de atracción para un lugar perdido de la mano de Dios, que pasó sus mejores años durante la fiebre del oro y que ahora ha quedado en punto de comercio de ganado.
 Ajenos a la velada de alcohol, música y mujeres, estaban 2 personas que preferían la tranquilidad de una partida de ajedrez. Jugaban en la consulta del doctor Jacob Mason, uno era el propio médico, que llego al pueblo hace muchos años para hacerse rico a costa de los buscadores de oro y otro un indio llamado Zorro Azul. El nombre se lo habían puesto por su avispada agilidad mental y por sus ojos azules, señal de algún antepasado blanco.
 Jugaban en silencio sin apenas encender las luces, un indio en el pueblo a estas horas podría ser blanco fácil para algún borracho con ganas de gloria. Nunca habían tenido problemas, desde hacia ya 3 años se reunían cada 2 lunes para jugar una partida de ajedrez, El doctor Mason había aprendido de pequeño, su padre y su tío eran aficionados y de pequeño le cautivó el movimiento de las piezas, tanto es así que toda su vida llevaba un tablero de ajedrez consigo para poder jugar allí donde estuviera. Por su parte Zorro Gris había aprendido de un viejo buscador de oro, con el que había hecho amistad años atrás, Jhon el viejo, emigrante de Irlanda , que partió de las islas muchos años atrás en busca de una vida mejor. Jhon en las largas noches en el las Montañas Rocosas, enseñó a jugar al ajedrez a Zorro Gris, con un ajedrez rudimentario echo con trozos de madera y piedra.
 El doctor y el indio se encontraban jugando, aunque Zorro no tuviera conocimientos de ajedrez tenía la habilidad de aprender rápido y era difícil engañarle, era un formidable oponente para Mason En esta ocasión el indio estaba con blancas, había empezado con e4 como le gustaba, un juego abierto de jugadas imaginativas, a lo que el doctor más prudente respondía con e6 buscando un juego posicional. En esas estaban cuando se oyen golpes en la puerta.
—¡ Abra la puerta doctor!. Sabemos que esconde al indio ahí dentro.
pon pon pon, seguían los golpes en la puerta
—Doctor abra o entraremos a la fuerza, solo queremos al indio no tenemos nada con ustéd
 Se escuchaba una pequeña multitud fuera, eran unos forasteros que iban de paso hacia México, estaban bebidos y tenían ganas de pelea. algún vecino con 2 copas de más les habría hablado del indio.
—Zorro sal por la trastienda, hay una ventana al lado del estante de los productos químicos que da al callejón, ve rápido antes que se den cuenta, yo los retendré.
 Zorro Gris se quedó pensativo, no estaba nervioso, no es la primera vez que tenía que huir de muchedumbres enfurecidas, hace años cuando era joven, estuvo tonteando con una chica blanca hija de un granjero, hasta que sus padres se enteraron y lo persiguieron para darle una paliza.El doctor era un buen hombre y no quería que le pasara nada, en esas cábalas estabas, cuando los golpes de la puerta pasaron a ser embestidas, la pared de la casa temblaba ante los impactos, Zorro Gris miro al doctor hizo un gesto de aprobación y salió corriendo por donde le había indicado el medico, a su vez el doctor se apresuró a abrir la puerta.
—¿Puedo ayudaros caballeros?. —Dijo el doctor con falsa voz tranquila.
 Se adelanto un hombre, parecía el líder  del grupo. Era hombre alto, delgado, con un cicatriz en la cara, con los dientes amarillos, llevaba ropa muy usada y sucia, señal que no solía cambiarse, tenía pinta de ser un cuatrero , ladrones de ganado que solían venir a gastarse el dinero en bebidas y mujeres.
Continuará...
Espero que os haya gustado mi relato pero no quiero aburriros en un solo artículo, hasta otra, FanáticoE4

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