2016

viernes, 1 de enero de 2016

Sólo hemos cambiado de calendario, pero nuestra mente a veces, necesita de ese cambio, ese pasar de hoja, para enfrentarnos con optimismo al cotidiano devenir que nos envuelve.
Sigamos adelante, sonriendo a ser posible, no importa si lloramos, ambas son cosas buenas.
Vivir y morir, reír y llorar, saltar y yacer, el anverso y reverso de la moneda, de la vida, de ese caminar nuestro.
VIVAMOS
Todo lo que acontece tiene un motivo, tal vez, aunque duela, pero también es cierto que si aprendiéramos a no sentir ese apego tan profundo por lo material, por las personas, sufriríamos menos, pero eso, es harto complicado.
Dejemos de preocuparnos por mañana y vivamos hoy, nuestro presente, fluir la vida sin más.

Duele perder a las personas que queremos, ya sea por que llegaron al final de su senda, y volaron a reencontrarse en su particular, soñado Itaca, o por qué el orgullo o el miedo nos puede.
Sólo podemos continuar hacia delante y vivir, ellos eligen si quieren acompañarnos.
En este largo, duro año, aprendí muchas cosas sobre la vida:
No juzgar a nadie por sus acciones, no conocemos su vida, su entorno ni sus razones, (aunque es algo que no suelo hacer, lo hice con alguien a quien quise mucho por desaparecer de mi vida y sumirse en un profundo silencio un abismo inexpugnable).
Quererme a mi misma, por qué llega un momento en que tu ser, tu cuerpo, te reclama la falta de atención y llega la enfermedad, está bien ayudar, ser un todo para los demás, pero aprendí que debo ser un poco egoísta también. Querer y que me quieran, sentir y que me sientan.
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Aprendí a dejar de ser yo si es necesario, máscara a veces, mejor que piensen que eres fría a sentir el alma en el vacío.
Comprendí que no sirve de mucho decir "Te quiero" si la otra persona no quiere escucharlo.

Perfeccione el anegar mi alma sin que mis ojos ni mi rostro sintieran su presencia, sólo en mi silencio, en mi yo, que nadie turba, ni crítica, allí lloro, río, comprendo y vislumbro mis errores, mis acciones, mi sentir.
y me di cuenta de que el ser humano puede ser impredecible, amar y odiar en un momento, hacer daño sin querer, y hundirse en el fango en un parpadeo.
La vida sin más que acontece para unos más sencilla, para otros una lucha, cotidiano devenir, que agradece abrir los ojos cada mañana aún en la obscuridad de la noche y poder contemplar al ser querido, a la luna, al sol y a la belleza que nos envuelve.
Aprendí que a pesar de que te hagan daño, o tu solo te lo hagas, hay que seguir, y perdonar, perdonarse, estar en paz consigo mismo y con el entorno, por qué el rencor y el sentir que queda prendido sin ser comprendido, solo debilita y anega aquello que es nuestra existencia, nuestra fortaleza.
Aprendí a no hablar o escribir cuando algo me enoja, por que no hay arma más peligrosa que la palabra.
Pero sobre todo aprendí que quiero seguir viviendo, sin tener que dejar en el camino aquello que amo, que produce sensaciones, quiero sentir, emocionarme, quiero amar, quiero querer......
Y lo mejor de todo es que te amo como el primer día en esa esencia que quedó tatuada en mi piel cerca del corazón, pero no temas, ya deje de luchar por algo que al parecer, no quiere acontecer.
Aprendí a no dejar de decir lo que siento, como me siento, a no dejar de dar y de pedir abrazos y caricias, por qué hoy estás//estoy a mi /tu vera pero mañana no. ( ese dulce beso me lo reafirmó a fuego, solo hace dos días, toda una eternidad).
Y aunque no pienso abandonar mi rebeldía ni mi curiosidad, la dejaré para quien entienda, que es parte de mi ser y no puede ser erradicada, ni encapsulada, ni tan siquiera racionada, Yo soy yo y fluyo sin más.

CAMINEMOS
El caminar es sabio y nos mostrará quien a nuestra vera está.
Cerrar y abrir puertas, cambiar de calendario, romper cadenas, mandar al carajo lo que nos haga daño, vestirnos de esencia (no de olvido) y continuar ese sendero que es nuestra vida, en el que debemos luchar y no dejar de
SOÑAR
Por qué nuestra vida, aunque sólo en cierta medida es lo que nosotros decidamos y lo que si tengo claro es que nosotros decidimos de que color queremos vestirla.Nuestros sueños, hagámoslos realidad y no dejemos de pasar las hojas del calendario, el tiempo, pero nunca, encerrados en los recuerdos o en los problemas. La vida, aunque a veces, no nos deje demasiado tiempo es
HERMOSA, ASI QUE VIVAMOS.
Marijose y esas parodias de la vidaFotografías de la red.