En esta maravillosa noche regresan innumerables recuerdos para meterse en mi corazón y mente y desbordarme con sabores, olores, sonrisas y besos inolvidables.
Ilusión y nostalgia pasean de la mano durante todo el 24 de Diciembre.
Más allá de tiempo, ausencias y distancia, hoy vuelvo a ayudar a mi adorada abuela materna a preparar suculentos platos, mientras espero que mi querida tía Pepita llegue cargada de aquella fuente de chicharrones junto a la cual me colocaba.
Hoy mis pupilas vuelven a llenarse con la visión de aquel Papa Noel que vi entrar en mi casa, cuando yo ya contaba con 13 años y que, tras seguir sus pasos, se volatilizó en el aire.
Embutida en mi cómodo y calentito pijama amarillo hoy volveré a descubrir, a los pies del adornado árbol, mis tomos de Hanna-Barbera y mi enciclopedia del Quijote.
Mis manos más regordetas y pequeñas, si cabe, vuelven a perderse hoy entre cacao, nata, coco y azúcar, elaborando los dulces y postres que tanto me enloquecían durante mi infancia.
Hoy, el pequeño y vetusto nacimiento de entonces volverá a confundirse con el moderno y enorme belén de ahora.
Hoy, como por arte de magia, volveré a recorrer los pasillos y las habitaciones de todas aquellas otras "noches buenas" donde habité, fui feliz y también lloré.
Hoy me convierto de nuevo en la niña que siempre fui, soy y eternamente seré.
Esta noche es Nochebuena y mañana es Navidad...
Hoy se renuevan en mí la ilusión, la esperanza, la fe y el Amor.
¡Que a ti y a los tuyos os suceda igual!