Revista Diario

4 preguntas para definir tu independencia

Publicado el 10 noviembre 2012 por Alxndro @al_x_ndro

Una de las primeras metas que surgen cuando uno comienza a participar en la vida adulta es el lograr independencia en todos sentidos, particularmente independencia económica, ya que ésta facilita otros tipos de independencia. Pero hay un detalle que pienso es importante notar sobre la independencia.

Supongamos que consigues un empleo; al contar con un sueldo estable es posible decir que ahora eres independiente económicamente de tus padres. Pero ahora dependes económicamente de tu empleador. Y si decides comenzar tu propio negocio, entonces dependerás de tus clientes. Incluso si te aíslas de la sociedad humana siempre dependerás de algo o alguien; en este último caso, serás dependiente de la naturaleza y de tu capacidad de obtener de ella lo que requieres.

La independencia sólo existe en términos relativos, y quizá un término más útil para lograr aquello que deseamos en cuanto a trabajo y libertad sea ‘interdependencia’. La interdependencia determina una relación entre varios elementos y factores. Así, al uno generar y dar algo valioso en un contexto dado, quien lo desea, necesita y recibe nos devuelve otra cosa que es deseada y necesitada por nosotros a la vez. Y esta cosa, en estos tiempos suele ser dinero (vales de supervivencia).

Esto quiere decir que para poder crear una relación que genere para nosotros lo que necesitamos, es preciso crear algo de valor para el mundo. (De hecho, estrictamente, el dinero es un símbolo de valor.) Y lo que se considera valioso también es relativo. Como es posible observar en la sociedad, hay cosas que se tienen un gran valor monetario aun cuando se podría considerarlas innecesarias o nocivas (armas, drogas, apuestas, artículos de lujo). Las personas (y su número) que desean algo, definen el valor de dicho objeto.

Entonces, para ser independiente en algún grado, lo que se requiere es crear una relación interdependiente en la que se intercambie valor… Pero antes de seguir, ¿ya te preguntaste para qué quieres ‘ser independiente’?

Sin darle vueltas y siendo breve, todos queremos dinero e independencia para ser más libres; ser independiente, en buena medida, es ser libre. Y ¿para qué quieres ser libre? ¿No eres ya acaso libre?

Ya eres libre, ¿te das cuenta? Ya te mostré que una independencia total no es posible, ahora quiero que veas que dentro de tu situación actual (si estás buscando independencia) ya tienes libertad, no tienes que esperar a un momento futuro. Quizá no sea tanta como deseas, pero este pedazo de libertad con el que cuentas ahora es la semilla de otra más grande.

Déjame ser más claro, ¿para qué deseas más libertad? Pienso que debe ser para explorar y descubrir más cosas del mundo, para tener nuevas experiencias y disfrutar más de la vida. Pero eso puedes comenzar a hacerlo desde este momento, ahora tienes la libertad de redirigir tu tiempo, atención y energía hacia cosas que se asemejen más a lo que quieres vivir cuando seas ‘independiente’. La libertad siempre implica responsabilidad, no hay una sin la otra, van siempre juntas. Tienes que responder por lo que decides hacer con tu vida…

Deja de hacer lo que no quieres, dejar de invertir tu tiempo en cosas que no te aportan, apaga la televisión, deja de frecuentar a la gente que te mantiene pequeño, deja de hacer las mismas cosas. Haz algo nuevo y diferente. Reclama tu vida. Puedes hacerlo de tajo o poco a poco. Por ejemplo, si quieres dejar tu trabajo, ahorra algo. Pero date cuenta de que de nada te sirve estar a la espera, da un paso. No tienes que conocer la dirección precisa, sólo comienza.

Entonces, éstas son las 4 preguntas, sin orden particular, que te debes hacer para definir tu independencia:

1. ¿Qué relaciones quieres crear?
Define con qué tipo personas quieres relacionarte, qué ambiente, qué tipo de negocio y comunidad.

2. ¿Cuánto estás dispuesto a hacer?
Define si quieres trabajar para otro, para ti mismo y tus clientes, más independencia y libertad implicar más a atención a más cosas.

3. ¿Qué de valor puedes aportar al mundo?
Piensa en qué sabes hacer, qué sientes que le falta al mundo y podrías crear, qué es importante para ti.


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