Voy a ceder y, a la vez, aprovechar esta temporada para hablar de ciertas cosas que he aprendido que es el amor. Estos puntos son en constraste a lo que considero que el amor no es, es decir, en contraste a las ilusiones que todos, en algún momento de nuestras vidas, perseguimos en su nombre.
Pero antes de que continuar, te invito a que, antes de leer, como mencionaba en este artículo, tú escribas las cinco, o más o menos, cosas que tú has aprendido sobre el amor. Te invito a que las publiques en los comentarios y que también las compartas con más gente, ya sea en tus redes sociales o en papel con alguien con quien encuentres la ocasión.
Quizá te dé un poco de vergüenza, pues se tiende a considerar a las personas que usan abiertamente la palabra ‘amor’ como sentimentalistas o cursis, pero ten en cuenta que el amor es una de nuestras grandes preocupaciones como seres humanos. Todos, de una u otra manera, pensamos constantemente en él, en cualquiera de sus formas, y mucho de nuestras vidas gira alrededor de esta experiencia.
Así que comparte lo que has aprendido.
Éstas son las cosas que yo sé sobre el amor:
1. Es libre
“Sólo estoy interesada en personas comprometidas con un proyecto de autotransformación.”
-Susan Sontag (twittear)
Una de las cosas que me maravillan del amor es que genera una sensación de expasión en nosotros. Esto es porque nuestra atención sale de nosotros hacia otras personas y nos hace sentir parte de algo más grande, pero también nos hace más conscientes de nuestra libertad, de alguna manera, la hace más palpable.
En el amor no existen sacrificios, uno siempre escoge aquello que uno cree será mejor para la relación, ya sea distanciarse del otro o dar nuestra energía para hacerlo feliz. Todo es voluntad en el amor. El resto es vanidad.
El amor nada tiene que ver con obligaciones o contratos, siempre es una elección voluntaria el amar a otra persona. Podemos tener fuertes emociones hacia alguien pero queda en nosotros actuar acorde a ellas; podemos ignorarlas si así queremos. Y por otro lado, los compromisos que hemos adquirido no son remplazo para elegir con quien compartimos nuestra vida. Todo en el amor es elección, es uno de los actos donde más significativamente ejercemos nuestro libre albedrío.
Y, de hecho, contrario a la sabiduría popular, no podemos dejar ir a quien amamos, no podemos hacerlo libre. Si quiere irse, se irá aunque nos resistamos, no decidimos sobre su sentir. Esto es porque siempre ha sido libre, no se nos requiere para ello, a quien amamos está con nosotros por decisión propia; no es nuestro, no nos pertenece. Al amor no se le puede encerrar de manera alguna (no con etiquetas, leyes, amenazas, promesas, expectativas, creencias).
Lo único nuestro es lo que creamos en nuestras relaciones, la relación en sí. Por tanto, nos pertenece la voluntad de estar con alguien, ese deseo, pero nada más porque eso es todo lo que hay: una voluntad de darse.
2. Es creativo
“Deja que la belleza de lo que amamos sea lo que hacemos.”
-Yalal al-Din Rumi (twittear)
El amor que sentimos por cada persona es tan diferente como cada una de estas personas entre sí. A nadie queremos igual. Esto va más allá de cantidades, no hablo de querer más o menos a cada persona, sino de que nuestra relación (donde vive y se desarrolla nuestro amor) con ellas siempre es particular y depende de los involucrados.
Todas nuestras relaciones las creamos de acuerdo a quienes somos, a lo que estamos viviendo, a lo que estamos dispuestos a dar. Cada relación, al comenzar, es como una hoja o un lienzo en blanco, como el silencio antes de una conversación. Jamás está definida por las circunstancias o algún destino particular. Nuestras relaciones son lo que hacemos de ellas.
Y siempre están cambiando, están en movimiento. Como nosotros. Una relación se vive a cada momento y lo que sucede depende de ambos. Es como en la música, cada persona tiene su instrumento que toca al mismo tiempo que el otro o los otros, y así, tocando, se conocen y reconocen, y siempre se improvisa.
Diferentes cosas suceden con diferentes personas, cada persona es un evento, una experiencia diferente de nuestro afecto. Hay contraste más no comparación (si no, probablemente no es amor), no hay competencia. Reconocemos las diferencias entre los objetos de nuestro afecto, pero no las usamos para separar, sino para acercarnos de una mejor y más certera manera, pues también a partir de nuestras relaciones nos vamos conociendo y creando a nosotros mismos.
3. Es transformador
“Vení a dormir conmigo: no haremos el amor, él nos hará.”
-Julio Cortázar (twittear)
Querer a alguien te cambia. Te hace desear ser mejor. Si en tus relaciones quieres que los demás se ajusten a ti más que estar atento hacia dónde van las cosas, estás atrapado en una trampa de tu ego.
Cuando amas, deseas ser esa persona con la cual los mejores atributos del ser amado pueden surgir. Deseas ser tu mejor versión de ti. Y por eso, te da el valor de verte a ti mismo como eres para reconocer dónde puedes transformarte voluntariamente. El amor te vuelve consciente de quién eres y quiénes son los otros. Te da la oportunidad de aceptarte y aceptar a los otros como son, te enseña a ser compasivo.
Bajo esta luz, el idealizar a alguien te sirve para darte cuenta de cuán amable, buena y excelente podría ser esa persona que quieres, te hace presentes sus defectos, te hace aceptarla. Y en esta aceptación se genera el deseo de ser esa persona con la que tu idea del amado podría ser realidad. Te permite aterrizar y hacer reales tus ideas sobre el otro, ya que al cambiarte, le das al otro la oportunidad de cambiar a su vez (la cual puede aceptar o no).
Amar te ayuda a vivir en cambio constante y a estar presente en tu vida. Es el más grande instrumento de autoconocimiento y crecimiento que existe.
4. Es real
“…la poesía necesita ser real y verdadera en su esencia. Si hay irrealidad o no-verdad en ella, contaminará al escucha, lector y escritor con sus faltas.”
-Idries Shah
“La poesía no quiere adeptos, quiere amantes.”
-Federico García Lorca
Lo que amamos es cierto, es verdadero, es real. Como mencioné en el punto anterior, sólo podemos en verdad querer aquello que sí existe. Esto está en contraste con la ilusión muy extendida de estar enamorado de nuestra idea de cómo son las cosas: estar enamorados de estar enamorados (fuente de inspiración de la gran mayoría de las canciones de amor sufrido [escritas por adeptos, no amantes]), no de un persona en sí, sino de una ficción en nuestras cabezas.
El amor de verdad tiene base en cosas que son ciertas, en cosas que experimentamos directamente en la vida. No se trata de discursos y apariencias. Amamos sólo lo fundamental, lo esencial, y lo hacemos con lo que despierta en nosotros.
El amor tiene un objeto concreto, no se dirige a una difusa ilusión endémica a nuestra imaginación. No se origina en nuestras carencias, sino en lo que podemos dar y compartir. Amamos a nuestros amigos y familiares, a nuestros a amantes y compañeros (incluso podemos amar a los animales y a la naturaleza); no a teorías y creencias, o a personajes de películas y novelas sin vida propia con la cual correspondernos. El amor es lo que le da realidad a las cosas.
De este mismo modo es que es más fácil amarnos a nosotros mismos cuando demostramos nuestro afecto hacia la persona que somos haciendo las cosas que nos importan, o cuando seguimos nuestros sueños más auténticos. Estas cosas son fundamentales, son nuestra esencia, lo más real que existe en nosotros. Lo que amas es cierto y verdadero, es ineludible, no está basado en lo que crees sino en lo que sientes y experimentas día con día.
5. Es una forma de ser
“Dondequiera que estés, en cualquier situación o circunstancia en que te encuentres, siempre busca ser un amante, y un amante apasionado.”
-Yalal al-Din Rumi
El amor es una experiencia, es algo que se vive. No es una emoción, es una forma de moverse por la vida y percibir las cosas. El amor se expresa en nuestros actos, palabras, y pensamientos. Toda decisión que podemos tomar es una oportunidad de ser compasivos hacia los otros, el mundo, y nosotros mismos. Lo que hacemos habla de quienes somos. No importa lo que hagas si no eres.
Toda decisión que tomamos es una oportunidad de ser amantes. Pero toma esta palabra de una manera amplia, no sólo en su acepción de dos personas que están romántica y físicamente relacionadas. Un amante es alguien que ama. Y todo evento en tu vida es un espacio para mostrar cuánto amas y aprecias esta vida, su experiencia, y a todos los seres relacionados con ella.
Amar es como un arte, requiere práctica y atención, devoción y curiosidad. Así para ser un amante verdadero debemos hacernos conscientes de nuestras decisiones, pensamientos, y hábitos. El amor está en la esencia de nuestros deseos, tenemos que aprender a dejar que se muestre. Tenemos que querer y decidir amar. Tarea no siempre fácil, pero para eso tenemos esta vida.
Entonces, dime:
¿Quién eres, qué amas?
¿Qué estás haciendo hoy?