La obra de una triste tarde de septiembre
Comienza en las manos de un viejo creador
Dibuja casi sin fuerzas un cielo gris
A base de rayas de su diminuto lápiz…
Difuminado con la mano hace las nubes
Su mirada se fija en la playa
Hay una chica dibujada
Dentro del agua reclamando su alma…
La chica mira a la nada
Parece cansada
Aunque sin que ella lo sepa
El mar hace el resto…
En las rocas un chico la observa
Intermitente entre su libro
Parece que tuvieron un pasado
Y un presente animándoles a vivir…
¿De verdad no se querer?
El chico la sonrió y esa fue la respuesta
Ella sonrió por que se dio cuenta de que si sabia querer
Entre agua y arena entre sus dedos
Su corazón comenzó a creer…
Y aunque la mente nos despiste
Los pies echan raíces en la tierra
Somos árbol que se deja querer
Nadie me salva, sola empecé a crecer…
23/09/10
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