A las 12 en el puente

- Para ti -
Los dedos de Hugo se apoyaron con indecisión sobre la verja del puente a causa del frío de la noche primaveral. Eran las doce menos cinco de la madrugada del 16 de marzo y, como era habitual en él, llegaba pronto a su cita acompañado de la Luna.
Había cogido tres autobuses desde la terminal de autobuses de León para llegar aquel puente. Para él todo esfuerzo para verla era poco, y sabía que valía la pena.
El frío comenzó a entrar por su cuerpo desde que había apoyado su mano en la barandilla del puente construido entorno a los años cincuenta con metal de las fábricas de Bilbao.
A las doce menos tres minutos, Hugo vislumbró la figura de una persona. ¿Sería ella?
La sombra cada vez se hacía más nítida y comenzaba a aproximarse hacia él.
- ¿Se puede saber qué narices hace a estas horas usted por aquí? – dijo un policía local.
- Estoy esperando a alguien, no se preocupe señor agente.
Hugo estaba muy nervioso, había huido desde Castellón hasta León sin que sus padres lo supieran, y solo viajaba con un par de billetes que había ahorrado meses atrás. Los ojos de Hugo acompañaron al policía hasta que se perdió entre las calles que se alejaban del puente.
- Podías dejar de mirar al policía y mirarme a mí – dijo una voz detrás de él.
Hugo no podía creérselo, estaba allí. Era la primera vez que la veía y era tal y como la imaginaba.
La luz de la Luna que se reflejaba en sus ojos marrones los convertían en unos ojos totalmente especiales, junto con su largo pelo marrón. Su figura esbelta y su estatura media no podían compararse con la del resto de las mujeres, al menos de las mortales.
- Hola… perdóname – dijo Hugo tartamudeando. Era la chica más guapa que había visto en su vida, a la que amaba con locura y no estaba dispuesto a dejarla escapar.
Las manos de Julia se apoyaron también sobre el puente y lentamente se aferraron a las de Hugo; poco a poco comenzaron a trepar hasta sus hombros, y Hugo sintió la irresistible tentación de calmar el frío de sus labios juntándolos con los cálidos labios de Julia, fundiéndose así en un primer y profundo beso bajo el manto del plenilunio.