A mi abuelo

Querido abuelo, han pasado once años desde tu marcha, solo puedo decirte que te echo de menos cada día más.
Siempre fui el más complicadito de tus nietos y el más enfermizo, no hay día que no recuerde tus anécdotas y tus historietas tantas veces contadas.
Nuestra última conversación sobre modelos de máquinas de afeitar, una charla surrealista para ser una despedida…
En once años muchas cosas han cambiado, ya no estoy en ninguna radio desde el mes de julio, ese medio que tú amabas tanto como yo.
Mi estado de salud ha menguado mucho, así que no pierdes nada por no verme envejecer, prefiero que me recuerdes acompañándome a la radio…
No has podido celebrar conmigo mis logros intelectuales, pero desde arriba quizás, si no estás leyendo algún libro te alegres tanto como lo hice yo.
Eso de que el tiempo borra los recuerdos, es un argumento falso, te echo de menos cada día un poco más, supongo que allá arriba no te faltaran lecturas, ni obras de teatro a las que asistir, ni nada de todas esas cosas que te hacían feliz.
Quiero pensar que este recordatorio te llegara allá donde estés…
Todavía me quedan lágrimas para recordarte.
Es doloroso no poder mandarte un mensaje y decirte que sigo intentando superar mis obstáculos que son muchos.
Tienes razón siempre fui un maldito sentimental de corazón de mantequilla.
Siempre me entendido más con los canes que las personas como bien decías tú.
Ahora hablo mucho con una hermosa perra labradora que te encantaría a buen seguro y os llevaríais muy bien.
Cada año tengo más recuerdos y motivos para echarte en falta...
Estos pensamientos desordenados, plasmados entre lágrimas solo intentan decirte cuanto te quiero a pesar del tiempo transcurrido.
Once años separados son muchos...
Estoy seguro de que me abroncarías por escribir de modo desordenado, en ocasiones me da por hacerlo desde el corazón y de modo caótico.
El latoso de tu nieto, sigue escribiendo para evitar al psiquiatra sin más pretensiones.
Espero puedas perdonarme a ti te gustaban las cosas ordenadas y estructuradas.
Prometo seguir escribiendo, sé que no me perdonarías que dejara de hacerlo.