Sea o no de mala suerte el número 13 es el número de este año que va corriendo y de su mano llega el 14 de febrero y otro festejo más para San Valentín.
Hay varias teorías alrededor de la celebración de San Valentín, por una parte algunos teóricos dicen que proviene de una tradición de griegos y romanos de venerar en ese día su dios del amor, Eros para unos y Cupido para los otros. También se afirma que esta fecha coincide con el inicio de la época de aparejamiento de los pájaros, y finalmente la tradición católica nos habla de un obispo mártir, San Valentín.
Se dice que este obispo, que vivió en el siglo III en Roma, casaba de forma clandestina y por el rito católico a los soldados, que tenían prohibido el matrimonio. Cuando fue descubierto, el gobernador de Roma decidió encarcelarlo y, según cuenta la leyenda, pidió a San Valentín que instruyera a su hija. Antes de morir, el santo, que se había enamorado de la joven, envió una nota de amor a la chica, firmada como Tu Valentín. Con el paso de los años la tradición de San Valentín se popularizó en todo el mundo.
Pero se sabe, San Valentín no nos encuentra a todos por igual. Habrá algunos que festejen con amor, alma, sexo y vida, otros que digan es un día más y festejen el día de no san valentín, otros que pregunten si es obligación que nos metan san valentín por todos los poros, otros que envidien y otros que revuelvan entre sus recuerdos y sus vidas, para encontrar razones para brindar a la salud del Santo casamentero y mirar con simpatía a los que se toman a pecho y en serio la celebración. Como sea, el santo no pasa inadvertido, todos los 14 de febrero.
Todos tenemos un amor, pero no todos tenemos una media naranja, un alma gemela, o alguien a nuestro lado o alguien para regalarle un presente justo ese día para festejarle al santo que protege a los amantes. Sin embargo en honor a lo que vivimos, tenemos derecho a brindar por su salud, hermoso santo. Mientras otros y otras compran flores y bomboneso tiernos peluches o festejan cada uno a su estilo.
Cada uno, cada cual, puede buscar en su corazón, en los recuerdos, en su vida, algo, algún recuerdo como para que al menos, la celebración comercial o no, en entristezca un poco menos, no sea tan indiferente o no nos de envidia tanta cuestión melosa en el aire, ahora que esta a la puerta este festejo hace rato de moda entre los porteños en particular y en los argentinos, por adopción, en general.
Por mi parte, San Valentín, me dio el mejor regalo de mi vida. Un 14 de febrero por la mañana, fuí a hacer un monitoreo de rutina y la obstetra me miró y me dijo: es tiempo, me parece que de por vida vas a festejar San Valentín de otra manera. Y así fue y así es desde que nació.
Sin embargo San Valentín no se quedó conforme. También en su día, mi primer y gran amor, llegó y tocó mi puerta. Venía con otras dos criaturas de su mano, a los que amé y amo como a mis propios hijos. De la misma manera que ella amó a los míos. Y entre sus hijos y mis hijos se quieren como hermanos. No pudimos dejar de querernos pero tampoco pudimos amarnos. Ni la familia ni los prejuicios ni las libres elecciones quisieron. Sin embargo cada San Valentín recuerdo las, mis razones para brindar a su salud. El gran amor de mi vida se fue; pero lo lindo es que una vez vino y se quedó un tiempo, al menos. aunque se haya ido. Y me presentó al amor. Por eso a tu salud san valentin.