A un amigo desconocido

Ey... ¿Cuánto tiempo sin hablarnos verdad? Digamos que hemos estado unos dieciocho años sin hablarnos, quizás la culpa de que llevemos tanto tiempo sin hablarnos no la tengas tú, ni tampoco la tenga yo, dejémoslo en que no nos hemos conocido.
¿Te importaría tomar un poco de café, agua o algo para beber? Me encantaría que te imaginaras que estoy sentado enfrente de ti y estamos hablando cara a cara: sin prisas, agobios ni lágrimas desesperadas.
Sé que no hemos tenido la oportunidad de conocernos, de hablar sobre que chica nos parece la más guapa del mundo, de qué equipo de futbol ganará el partido, de qué nos gustaría el día de mañana etc.
Pero lo que sí que puedes saber es que aunque no nos hayamos conocido, estoy a tu lado. Eres grande, eres fuerte y lo estás demostrando: aguantando el tipo delante de tus familiares, amigos y posibles amores.
Supongo que ya te habrán contado lo que va a pasar, y como todos esos médicos de ahí al lado están haciendo lo que está en sus fuerzas para alejar lo más que pueden ese final.
¿Ves a esos que están en esa esquina, sentados en el sofá e intentando que no les veas llorar?... Son tus padres, y ellos están muy pero que muy orgullosos de ti, y te quieren un montón y siempre lo harán. ¿Y puedes ver a esa chica que está a tú lado?... Sí, me refiero a tu hermana; esa que te hacía de rabiar desde canijo y que siempre ha estado y está pendiente de su hermano.
Ahora te pido que mires a tu derecha: tú amiga, ella; sé que no quieres hacerla daño dado que la has tratado como si fuera ‘tu hermana pequeña’, ella también te quiere, y mucho.
Estate tranquilo, todos estamos a tu lado, ah… y por cierto… mira aquí; sí me refiero a la carta. Aunque no nos conocemos también estoy a tu lado y no tengo duda de que eres un amigo espectacular y un chaval inigualable.
Por eso antes de despedirme solo quiero pedirte que eches una mirada a estos diecinueve años, y que cuando esboces una sonrisa, te acuerdes de todas aquellas personas que te han hecho feliz.

Un abrazo,
Alex.