Jean Pierre Garnier Malet es doctor en Física, especialista en mecánica de los fluidos y autor de varios libros entre los que se encuentra Cambia tu futuro por las aperturas temporales, donde despliega su teoría del desdoblamiento del tiempo descubierta en 1988 y avalada por la comunidad científica en el año 2006.
Garnier Malet descubrió nada más y nada menos que el tiempo, esa obsesión constante para los mortales debido a su fatal limitación en esta vida, se desdobla de manera tal que nuestro cuerpo físico posee un “doble” energético que permite avizorar el futuro y reparar aquello que resulta dañino en lapsos denominados aperturas temporales, a los que tenemos acceso durante el sueño nocturno.
Confieso que adquirí el pequeño ejemplar a instancias de Marcela, quien me interesó a través de nuestras conversaciones en la teoría científica del autor pese a que el lenguaje de las ciencias duras siempre resuena ininteligible en mis oídos proclives a la amabilidad de las ciencias sociales. Pero Marcela fue clara en la conclusión: Garnier Malet ha enunciado la teoría del karma en fórmula científica y a partir de esta afirmación la tentación fue enorme; en unas horas tenía conmigo el libro que devoré en tiempo prudencial no por su extensión, sino porque los conceptos requieren de relectura consciente, una y otra vez.
En el momento previo al sueño paradoxal o profundo, ese período de ensoñación en el que aún nos encontramos en estado consciente, podemos solicitar al doble energético que perciba a través de la intuición entre la pluralidad de futuros potenciales el mejor posible, que a su vez puede memorizar y transmitir desde ese tiempo imperceptible a nuestro tiempo real.
El concepto resulta difícil de internalizar pero no es nuevo en física, ámbito en el que se denomina hiperincursión y se basa en fenómenos como el desdoblamiento de la partícula y la dualidad de la materia. Aplicando esta ley, entre el yo consciente y el yo cuántico se produce un intercambio de información que permite conocer con antelación el presente valiéndose de la memoria del futuro.
El cuerpo energético comunica al cuerpo físico la información recibida durante las aperturas temporales, pero hay que tener en cuenta que nuestro presente es actualización de futuros potenciales creados en el pasado. Los pensamientos negativos, entonces, crean energías que potencian dificultades y más negatividad porque la información se actualiza energéticamente en este sentido: de ahí la responsabilidad de cada uno con la ley de leyes enunciada desde el origen de los tiempos: “no hagas a otros lo que no quieres que te hagan”.
Pero Garnier Malet avanza en este sentido y la ley, con estas consideraciones, debería enunciarse de esta manera: “no pienses en hacer a los demás aquello que no quieres que piensen en hacerte a ti”. Ya no alcanza con la acción sino que hay que cuidar el pensamiento como creador de futuros potenciales: menuda responsabilidad que los maestros ancestrales han predicado desde siempre. La encarnación actual, entonces, tendría como objetivo reparar los futuros potenciales que hemos depredado desde el pasado y para ello resulta imprescindible seguir los consejos del doble, con confianza y gratitud.
La lectura de este libro ha constituído una inmersión en conceptos en los que creo plenamente, esta vez abordados y corroborados desde el punto de vista científico. Agradezco a Marcela su tenaz insistencia para incitarme a la lectura y al autor por haber abierto las puertas científicas que posibilitan el acceso a misterios profundos, preservados durante tanto tiempo de la mirada llamada profana.
Mesa de aquelarre
Recibir amigos es un placer en sí mismo y la preparación de la mesa el preludio de una velada mágica. En mi caso constituye todo un ritual previo, una ceremonia que comienza con la elección de la música, las velas y la fragancia que ha de sutilizar el aire: sahumerios, esencias, difusores, son sólo algunas de las opciones que ofrece actualmente el mundo de los aromas para lograr una atmósfera amable.
El esmero se multiplica si la reunión posee además el carácter de aquelarre, esa conjunción poderosa entre amistad, oráculo, buena comida y bebidas espirituosas que otorgan al encuentro carácter memorable. En este caso a la impronta arcana se adunaba al fin de un ciclo anual que resultó muy intenso en sí mismo, entonces los preparativos fueron extremadamente cuidados para garantizar un ambiente cálido, acogedor y adecuado.
Y así el set del individuales de la serie Impresionism provenientes de The National Gallery, una serie de posavasos adquiridos en las londinenses arterias de Candem Market, portavelas de cerámica alusivo al navideño Santa Claus obsequiado por mi hermana y un farol presidiendo el extremo de la mesa, regalo en este caso de mi querida Ale, se fusionaron para constituir el epicentro de un aquelarre inolvidable.
Tiempo de exfoliantes
La exfoliación es un proceso natural mediante el cual la piel elimina periodicamente las células muertas de la epidermis, que una vez cumplida su función deben ceder el paso a las nuevas. Esta rutina se altera en caso de enfermedades y entonces el aspecto de la piel se torna grueso o escamoso; también se puede ver afectada por la ralentización que genera el paso del tiempo, lentificando la periodicidad del procedimiento.
Actualmente la cosmética y la dermatología emplean productos para exfoliar rostro y cuerpo, los que propenden también a atenuar arrugas, eliminar manchas solares y acelerar la microcirculación sanguínea: la piel recupera brillo, vitalidad y flexibilidad, siempre que no se abuse de la práctica ni se empleen productos inadecuados.
En el caso del cuerpo, generalmente los gránulos que componen las fórmulas son más gruesos y se puede potenciar la acción empleando para la aplicación una esponja vegetal en zonas menos sensibles como talones y codos, reservando sólo el producto para las áreas restantes, sin olvidar la delicada piel de brazos en toda su extensión, incluída la olvidada zona situada debajo para prevenir y aclarar molestas manchas oscuras. Conviene luego emplear un desodorante suave; valga como ejemplo el clásico Sweet Honesty de Avon.
Pasrai es una empresa familiar fundada hace 90 años en la provincia de Mendoza, pionera en la fabricación de aceite de oliva virgen y en la elaboración de confituras deshidratadas. Con el tiempo incorporaron una línea de spa y entre sus productos se encuentra el gel para el cuerpo que contiene gránulos exfoliantes en base a extractos de hoja de olivo, que integró el obsequio de Juan luego de su fugaz escapada a Mendoza.